Capítulo 2

393 40 3
                                    


Ropa Interior


- ¡Papá, que bonitos ojos!

La voz aflautada de Han-Gyeol hizo volver en sí a NamJoon por un momento. Aún alterado, se llevó una mano a la nuca, donde pudo comprobar que se le había acelerado el pulso a un ritmo salvaje.

- Yo, uhhh, creo que lo de subirme al árbol me ha dado más miedo de lo que pensaba. ¿Cómo está Suni?

- Mucho mejor- dijo Hana, la gatita estaba agazapada contra el diminuto pecho de la niña- Está ronroneando.

NamJoon conocía la sensación, también él estaba ronroneando, tarareando, dando saltos de alegría, o lo que fuera. No se había sentido así desde hacía tanto tiempo, desde hace mucho que no se sentía flotar, que ni siquiera podía acordarse. Lo cierto es que hacía mucho tiempo que no lo tocaba ningún hombre.

Evitó volver a mirar a su vecino hasta que no le quedó otro remedio que alzar la vista hasta Jeon JungKook. Como ya se había puesto el sol, sus penetrantes ojos azules brillaban aún más bajo sus tupidas cejas oscuras en contraste con su cabello negro.

NamJoon intentó tragar saliva no sin cierta dificultad- Gracias por ayudarme a bajar del árbol, señor Jeon- él sonrió. NamJoon pudo comprobar que tenía una dentadura perfecta, dientes perfectos, blancos.

- No hay de qué, pero llámeme JungKook, por favor.

Una vez más se vio reflejado en sus ojos. Tenía el cabello alborotado y llevaba mechones de cabello caídos por delante de la cara, llevaba la camisa irremediablemente sucia y tenía una mancha de mugre en la barbilla. Su aspecto era tremendo y se había puesto en evidencia. Sin duda, él se divertiría contando a sus amigos la historia de aquel viudo loco que vivía una casa detrás de la suya. Cuando llegase a la parte de la ropa interior, no tendría otro remedio que sonreír perversamente en señal de que la historia era aún mejor a partir de ahí, aunque la discreción le impedía contarlo todo.

- Vamos, niños- dijo él bruscamente- Se está haciendo de noche. Gyeol, por favor, vuelve a poner la escalera en el garaje.

- ¿Por qué tengo que hacerlo yo?- protestó él- Yo ya la busqué, dile a Hana que la lleve ella.

- Yo estoy cuidando a Suni- refunfuño Hana.

- Ahora a mí me toca cuidar a Suni, que te crees que es tu gatita, pero no lo es.

- Fui yo quien la pidió.

- Sí, pero también es mía.

- Pero es más mía.

- ¡Uh-hug! Es de los dos. ¿Verdad, papá?

NamJoon solía ver venir este tipo de peleas y generalmente cortaba por lo sano. Esta noche, en cambio, estaban consiguiendo agotar su voluble paciencia.

- ¿Quieren dejar de discutir y hacer lo que digo?- por si no tuviera bastante con el percance del árbol, ahora sus hijos les daba por hacer gala de sus peores modales delante del vecino.

- Antes de que vuelvan a casa, me gustaría enseñarles algo- los tres se dieron la vuelta al oír las palabras pacificadoras de Jeon JungKook- En mi garaje- JungKook le echó una sonrisa a NamJoon- A los niños les va a encantar.

- ¿Los cachorros?- preguntó Hana en voz baja- ¿Ya han nacido?

- Anoche. Son cuatro.

- Oh, papá, ¿Podemos ir a verlos?

NamJoon estaba en un callejón sin salida. Aunque apreciaba el gesto conciliador de JungKook, también le irritaba su intromisión en una discusión familiar, pero negarse a dejar que sus hijos vieran unos cachorros le resultaba impensable. Ni siquiera los padres tenían el derecho de ser tan crueles.

Fantasía |KookNam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora