Capítulo VIII

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Said miraba su laptop, el trabajo en la última semana lo había absorbido demasiado, pero era un buen indicador. Su cadena hotelera seguía creciendo, cada día era más rico y exitoso, aunque aquel éxito en la vida laboral, no significaba nada en el torbellino que se había vuelto su vida sentimental. En sus viajes a Marruecos en las últimas semanas, movido por la impulsividad de querer olvidar a Jade a cualquier costo, había ido a buscar una segunda esposa. Había pasado demasiado tiempo y ni con Rania a su lado había podido olvidar a Jade, buscar otra esposa parecía buena idea según su tío Abdul, aunque quizá eso traería más tormenta a su vida. Se arrepintió al poco tiempo. No era lo más correcto llenar el vacío de una persona con otra. Él no quería lastimar a nadie.

Quizá el destino era quien no quería que fuera feliz. Si Allah, así lo había designado él no podía hacer nada.

Ver a Jade bailando aquel día en el club, le hizo comprender que deshacer la cadena de su corazón parecería imposible. Él había compartido veinte años de su vida con ella, Jade se había mezclado con su corazón. Olvidarla parecía imposible.

Salió del club poco después de la presentación, verla danzar, había traído los recuerdos de cuando al inicio de su matrimonio, fue remotamente feliz. En aquel tiempo aun no tenía todas las inseguridades que, con el tiempo y las apariciones de Lucas en la vida de Jade, se sembraron. Para él, Jade era como el sol, le daba luz a su vida, cuando ella estaba con él, nada importaba.

Aquella noche, no se le iba de la cabeza por más que intentara borrarla.

Salió de sus pensamientos y tomó los reportes de los nuevos balances cuando la llamada de su hija, interrumpió sus pensamientos.

─ ¿Qué paso habibi? ─ preguntó.

─ Papá podrías venir al centro comercial, por favor. ─ Respondió su hija del otro lado. Khadija había ido al centro comercial junto con Jade. ─ Hay oro muy bonito y lo quiero, padre.

Said sonrío. Khadija amaba el oro.

Una pequeña opresión se sintió en su corazón cuando recordó que su ex también estaba allá. Había estado evitando verla porque no tenerla, aún era una herida sin sanar.

─ Está bien habibi ─ respondió ─ Estoy en quince minutos por allá.

Said cortó la llamada y cerró la laptop.

Afortunadamente, le faltaba solo un informe para revisar, por lo que ir al centro comercial, era algo que si podía permitirse.

Bajó de su oficina, para luego ir al parqueo. Llegar al centro comercial, le tomó menos de diez minutos. El lugar estaba relativamente cerca.

Caminaba rumbo al patio de comidas cuando los vio.

Jade iba caminando cuando él la tomó del brazo. Said se escondió en una de las columnas que lo ocultaba de la vista de ambos y escuchó su conversación. Nunca en su vida hubiera imaginado que lejos de las palabras de amor que hubiera esperado para con Lucas. Jade estaba arrojando al viento a aquel brasileño.

─ Después de veinte años, desilusiones, una vida hecha lejos del otro, solo queda el recuerdo, de lo que pudo y no fue, Lucas. Déjame ser libre, aléjate, por favor. ─ dijo ella con el tono severo marcándose en la voz. Said se sorprendió al escuchar esas palabras de la boca de su ex mujer, quien se pasó la mitad de su vida aferrada a su eterno rival.

Parecía que la Jade que fue su esposa y que él pensaba que conocía, ya no existía más.

Said, no comprendía como aquel día que dejó a Jade en las ruinas, ella no había corrido tras Lucas, pero ahora escuchando como Jade alejaba a Lucas, lo entendía perfectamente. Ahora, si podía comprender que aquella libertad que mencionó el día en que ella lo tiró al viento y se fue de su vida, era genuina. Jade ya no quería correr detrás de nadie, ella parecía solo quería ser dueña de su destino.

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2023 ⏰

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El destino que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora