♡ : CAPÍTULO II

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Tiempo antes.

Hwang Hyunjin entró a mi habitación, sin haber tocado antes y de forma apresurada como si estuviera en una persecución policial-criminal y se tiró a mi cama despreocupadamente, justo a mi lado haciendo temblar el colchón y provocando que mi mano se moviera de forma irregular sobre el cuaderno donde me encontraba escribiendo algunas notas.

—Has arruinado mi tarea Hwang bobo —le dije, haciendo un mohín con mis labios, luego dejé el bolígrafo en la mesa blanca colocada a lado derecho de mi cama, arranqué la hoja del cuaderno para hacerla bolita y aventarla al cesto de basura, sonreí de forma triunfante cuando la bola de papel atinó, eso era a años y años de práctica y trabajo duro.

—Perdón Innie —habló, sin quitar la sonrisa estúpida de su cara, Hwang Hyunjin era todo un personaje cómico en mi aburrida vida y por eso me encantaba estar con él—, es que tengo que contarte algo muy, muy importante.

—¿Así? —pregunté cruzando mis brazos, pensando en qué travesura se había metido esta vez. ¿En algún momento en su vida iba a madurar?

—Vamos amigo deja de fruncir el entrecejo o te pondrás viejo —pestañeo sus pestañas colocando sus dedos en mi frente y alisando al mismo tiempo que sus ojos parecían los de un cachorro tratando de verse tierno, y lo peor de todo es que lo lograba—. Conocí a una mujer demasiado hermosa como para ser de este mundo —soltó de la nada con una gran sonrisa de felicidad en sus labios y un brillo intenso en sus ojos, intrigado puse atención a sus palabras, aunque estas me hubieran golpeado como un balde de agua fría en la cara—. Fue como amor a primera vista, con mariposas y fuegos artificiales, todas esas cursilerías ya sabes.

—No me digas —mi tono de voz era algo sarcástico.

—Es verdad, ella está en mi salón y viene de intercambio de China, se llama Song YuQi, ¿no es bonito su nombre?, suena muy elegante y serio.

—Su nombre no me importa —le dije, pensando en que eso era lo de menos y quería los datos interesantes—. ¿Cómo es ella?, es lo que quiero saber, ¿Qué tiene de grandioso esa mujer para que llamara la atención del gran Hwang Hyunjin?, hemos sido amigos desde la cuna y es la primera vez que me hablas de estar enamorado.

—Es muy bonita —su rostro era pensativo, como si estuviera recordando la imagen de ella en su cabeza—, es como una princesa, su cabello es largo y azabache, su piel blanca como la princesa Blanca Nieves, tiene los labios rojos como una cereza jugosa y lista para comer, sus dientes blancos como perlas, ojos grandes con pestañas largas, sus cejas delicadas, el rostro de un ángel.

Reí por sus cursilerías.

—¡Oh no!, ¿Quién eres y qué has hecho con mi amigo Hyunjin?

Me golpeo con mi propia almohada y antes de que pudiera responder me atacó, lanzándose encima de mí y apretando mi cuerpo contra la cama mientras que habilidosamente me provocaba cosquillas en las costillas y el estómago. Ese era Hwang Hyunjin mi mejor amigo, y el tipo más importante en mi vida.

Dos meses después de aquella conversación, mi amigo me visitó de nuevo únicamente para contarme que esa chica China y él, ya eran novios oficiales ante la sociedad, por supuesto que lo felicité y le di mi apoyo, ella era una buena chica, aunque no la había tratado, ni conocido personalmente, lo intuye por la forma en la que Hyunjin la describió día con día. Me conformaba con lo bonito que me hablaba mi amigo de ella, lo único malo era que ella cada vez lo alejaba más de mí, porque sus visitas se volvieron menores una vez que empezaron a salir.

Un año después, Hyunjin me habló de matrimonio, estaba algo sorprendido, pero sabía que tarde o temprano pasaría porque se veía demasiado enamorado de ella, por lo que pensé que si quería casarse con ella yo lo apoyaría en todo; siempre y cuando me escogiera como su padrino.

—La amo tanto, por eso quiero casarme con ella, YuQi-WooKi es la mujer perfecta para mí.

Me mostró los anillos que había comprado, eran bonitos, sencillos pero elegantes y justo del gusto de Hyunjin.

—Con esos anillos no dudo que te dará el sí —sonreí—, no tienes que preocuparte si ella no acepta casarse contigo sería demasiado tonta.

Él me sonrió, había un brillo espectacular en sus ojos, que me causaba un poco de envidia. Hyunjin estaba viviendo una vida que yo jamás viviría mientras siguiera postrado en la cama.

Una semana después de eso, mi amigo recargo su frente en mi hombro.

—¿Por qué? —menciono—, ¿Por qué esto tiene que pasarme a mí?

Me sentía tan mal por él, pero mi corazón no dejaba de latir ante la idea de casarme con Hyunjin, sorprendido, descubrí que aquello no me molestaba.

—Estoy igual de sorprendido por eso —dije—, por favor no me culpes.

Lo escuché llorar se aferró a mi chamarra con fuerza. No sabía si era el destino o las barreras del amor que le estaba poniendo la vida a mi mejor amigo.

—Odio esto Innie. La amo, pero yo tengo que dejarla.

—Realmente Hwang Hyunjin, la empresa debería importarte un comino —dije—, así que lo que deberías hacer si realmente amas a esa mujer, es mandar a tu padre al diablo y dile que no aceptas, que no vas a casarte conmigo ni, aunque fuera el último ser humano del planeta —Hwang sonrió a mi declarativa y me abrazo con más fuerza.

—Él va a matarme, y si no soy yo el que se casa, entonces obligará a mi hermano. Él sólo es un niño.

—Me gustaría que fueras un poco más egoísta, no le haré daño a tu hermanito, no tienes que preocuparte por la virtud de Beomgyu, no me lo voy a coger, ni siquiera puedo moverme de aquí.

Sonreí con burla. Hyunjin alzó su mirada para verme, sus ojos aún tenían el rastro de sus lágrimas y estaban rojos, él seguía acostado y aferrado a mi abdomen, como siempre hacían en sus visitas; sin embargo, esta vez su mirada era lamentable.

—¿Por qué no estás molesto por lo que decidieron nuestros padres?, ¿También quieres que sus acciones se unan para que puedan volverse los socios mayoritarios?

Yo negué a su pregunta moviendo la cabeza, yo no era como Hyunjin, mis posibilidades eran limitadas. Yo no podía huir de las decisiones que tomaba mi padre, así que me mentalice desde joven para aceptar todo y no ir contra la corriente.

—Bueno, papá probablemente también esté buscando a alguien con quien pueda casarme y liberarse de mí, tarde o temprano me buscaría un buen prospecto así que ya sabía que algo como esto pasaría. Es mejor a quedarme soltero toda la vida.

—No serás soltero toda la vida —dijo y me observó con enojo, yo reí.

—Mírame —le pedí, él bajó su vista a mis piernas—, no tengo muchas opciones estando estancado a esta cama y a esa silla —señalé con mi dedo el objeto a lado de mi cama.

—Pero van a operarte cuando cumplas los veintiún años, entonces podrás tener a cualquiera.

—No significa que vaya a funcionar y que pueda volver caminar —suspire derrotado y con pocas esperanzas—, aprendí que la vida no es color de rosa y que hay cosas que no se cumplen, aunque lo soñemos con muchas ganas.

—Funcionará— aseguró y yo quise creerle porque necesitaba más esas palabras que cualquier otra cosa.

La chica que amaste ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora