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Lincoln se encaminó hacia los calabozos de los que tenían mayor probabilidad de obtener un buen botín, y donde no habían tantas posibilidades de morir.

Esto con tal de ganar los recursos y experiencia necesaria para subir en esta escalera de poder digital.

Peleo con fiereza, contra los jefes de mazmorras y los monstruosos lacayos que le seguían, perdió muchas armas en esas batallas, desde espadas hasta arcos, pues la durabilidad de dichos objetos eran menores ante la resistencia de las bestias que se encontraban en lo más profundo de las cuevas.

Estaba en el último cuarto de la mazmorra que le quedaba por completar, antes de entrar, el cazador de infractores desenfundó su espada, aquella que ganó en aquella apuesta contra un creído jugador.

Tomando un respiro, el chico abrió las grandes puertas, para ser recibido por un rugido que fue acompañado de una violenta brisa de aire, que empujó su cuerpo haciendo que sus ropas se agitaran junto a su pálido cabello.

El muchacho entró con desicion hasta ver al otro lado del lugar a un monstruo con aspecto de pantera, quien bandlía un gran hacha con sus manos peludas y con garras.

Sus aliados, con aspectos iguales a su líder, se materializaron en el suelo, con algunos posando a cuatro patas.

Sin dudar, Lincoln tomo carrera y se dirigió hacia sus enemigos, blandiendo su espada para demostrar su seguridad.

Los lacayos del jefe se abalanzaron contra el, pero el peliblanco hábilmente esquivaba los ataques, bloqueando si podía, y contraatacando si se le daba la oportunidad.

Rodó hacia un lado, pues un enemigo cuadrúpedo se había lanzado contra el, y pudo atinar un tajo mortal hacia otro animal que se dirigía hacia el, dejando uno menos en el combate.

Corrió hacia el gigante con cabeza de pantera, aprovechando que sería más difícil recibir daño si aquella bestia no tenía alcance en tan reducido espacio.

Se deslizó por debajo de un ataque hecho por el gigante, y pudo colocarse detrás de aquel. Buscó algún punto débil en su espalda, tratando de encontrar algo parecido a uno de los manuales hechos por la comunidad.

Y entonces pudo ver una marca con aspecto de tatuaje, decidido a atacar, sacó su arco y preparó una flecha, y después de esquivar de nuevo a otra bestia de menor tamaño, pudo acertar un disparo lleno de energía que dio de lleno en la marca de aquella gran pantera.

Pero algo que no pudo evitar fue a la cola de su enemigo, pues dio un repentino giro que hizo que fuera golpeado con fuerza con su extensión decorada con picos de metal.

Lincoln rodó por el suelo hasta chocar contra una pared, y vio de reojo que su vida había bajado considerablemente, quizo reincorporarse para continuar el ataque, pero otro animal se había lanzado con la boca abierta y clavó sus dientes en su antebrazo, pero con suerte de que allí estaba justamente una de sus protecciones de cuero.

Quizo liberarse, pero su brazo estaba atorado entre las fauces del animal, por lo que en un ágil movimiento, desenfundó una daga que tenía en su cintura, enterrando el filo del arma en el costado del animal, y repitió el proceso una y otra vez con desesperación, pues el gigante podría aprovechar su inhabilidad de moverse para atacar con su arma.

Al fin pudo matar a la bestia que le atrapaba, y su cuerpo se desvaneció entre una luz celeste.

Este proceso se repitió también con su protección de cuero, quedando su antebrazo al descubierto.

-Me gustaba mucho esa cosa- Dijo para después reír nerviosamente, pues su intento de calmarse a sí mismo no funcionaba.

Como vio que la pantera enorme seguía al acecho, no dudo en seguir con su estrategia, mientras se dirigía hacia la bestia, lanzó un hongo que al chocar contra el suelo, desprendió una cortina de humo que impidió ser visto por su contrincante y los lacayos que le quedaban.

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