Lincoln se encontraba saliendo de la tienda de ágil.
De allí obtuvo varios beneficios, pues aparte de asegurarse que Kirito estuviera bien, compro varios objetos, artículos y herramientas con el dinero que tenía.
Unos cuantos ingredientes para cocinar en la naturaleza, distintos mapas de varios lugares, en caso de estar perdido.
También adquirió unos amuletos para obtener bonificaciones en el juego y demás cosas.
Aunque una de sus compras favoritas era un arco, junto con su carcaj y todas las flechas que pudo adquirir.
El peliblanco estaba inspeccionando las estadísticas de dicha herramienta, eran algo simples, pues después de todo era un artículo encontrado en una tienda.
Tal vez si iba a una armería, o incluso una herrería podría obtener distintos objetos de mayor calidad.
Pronto inspeccionaria en uno de esos lugares.
Pero para ello se necesita dinero, y muy buenas cantidades de el, cosa que el no tenía, pues aunque el había matado grandes cantidades de enemigos, al ser de bajo nivel no daban el dinero necesario para gastos extensos.
Es por eso que había pedido información a Jonah, pues al verse influyente tal vez sabría de una manera de obtener ganancias.
Y es por eso que se encaminaba hacia el pedestal de teletransportación, ya que así podría transportarse hacia el piso de la prisión.
Cuando se situó en la piedra, un menú apareció frente a el, selcciono el número y nombre del piso a donde quería ir.
Al seleccionarlo, vio su cuerpo desvanecerse y su vista se tornaba borrosa.
Sentía una sensación de cosquilleo alrededor de su cuerpo, después de unos largos segundos, su vista volvió a la normalidad, revelando que no estaba en la ciudad a la que había viajado antes.
Estaba en un mundo diferente, lúgubre, con colores apagados y algo deprimentes, algo muy apegado a una prisión.
Nunca había estado allí, pero por lo que había escuchado, era un lugar no muy entrañable para aquel que debiera ir allí, sea la razón que sea.
Camino por el lugar hasta llegar al portón principal, donde habían unos cuantos guardias custodiando la zona.
Al verlo, los del frente se pusieron en guardia, expectantes de cualquier movimiento irregular.
Este se detuvo antes de empezar a explicar su viaje hasta allí.
–Venngo a hablar con el capitán de la prisión, me han dicho que aquí pueden hacerse favores y tareas a cambio de dinero–
El líder de aquel equipo le miró, inspeccionandolo de pies a cabeza, viendo sus ropas, objetos y armas que colgaban de su espalda.
–Sígueme, los demás, quédense en guardia–
El resto del grupo se hizo a un lado, dándole paso al peliblanco, el cual se apresuró a seguirle el paso al hombre, el cual ya se había adelantado.
Entrando a la prisión, le dieron a entender que sólo tenían acceso a sus armas aquellos miembros de confianza, esto confundió al chico, pero siguió adelante.
Caminando por los pasillos, el veía las celdas en donde habían jugadores quienes sean color naranja, aquellos que hagan crímenes, es decir, robos, destrucción de propiedad, bloqueos al acceso, o incluso...asesinatos.
Algunos se quedaban en silencio, sentados en las camas de las celdas, pero otros gritaban implorando por su libertad, sus gritos o incluso llantos eran algo inquietantes, teniendo en cuenta que su castigo contaba como uno de verdad, pues no podían desconectarse ni nada parecido.
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En el mundo virtual
DobrodružnéA veces la mejor forma que tenemos para escapar de la realidad es mediante los videojuegos. Pues allí es donde nosotros podemos ser capaces de hacer cosas de las cuales no nos atrevemos a hacer en nuestro día a día. Pero...¿Y si algún día nos encier...