EL PRAKLOO 2 (Segunda Temporada)

Capitulo 7

— Prueba el de fresa, es aún mejor — , insistió el rubio, tomando una gran porción con su cuchara y extendiéndola en dirección a los labios de Jisung. Este último se mostró cohibido por su acción, pero aún así aceptó el bocado y degustó el sabor dulce de aquel helado.

— ¡Gracias! — se animó Jisung, disfrutando el postre con algo de emoción.

— Te ves mejor ahora, ¿puedo saber por qué has estado tan triste estos días? — preguntó el rubio.

— Es un tema personal del que no quisiera hablar — aclaró Jisung con cierta nostalgia.

— Entiendo — comprendió el mayor — Entonces, déjame animarte — afirmó con convicción. El castaño se mostró conmovido con su aliento y respondió con una media sonrisa.

Los días transcurrieron menos rutinarios de lo habitual a partir de ese instante. Yeosang era un chico bastante insistente que podía cruzar las barreras de la paciencia si no accedía a sus divertidos planes.

Jisung había asistido a cada uno de ellos con rendición, desde pijamadas, salidas al cine, películas en casa, noches de juegos e infinidad de actividades ocurrentes. Sin enterarse, su estado emocional había mejorado favorablemente. Yeosang, de alguna forma, conseguía amortiguar sus tristezas con su presencia.

Felix era un reflejo evidente de los celos personificados, pues sentía que su mejor amigo lo había reemplazado en su totalidad.

Ocasionalmente solían reunirse a pasar los fines de semana juntos, no obstante, Yeosang actuaba de entrometido en cada una de sus reuniones. Había intentado incansablemente congeniar con el sujeto pero simplemente no conseguía darle el visto bueno.
Eventualmente comenzó a odiarlo  y repeler toda interacción con el.

Pese a su recelo, Felix no expresaba queja alguna ante su mejor amigo, pues este se veía bastante renovado y feliz, no quería estresarlo con sus incansables protestas cuando lucía una sonrisa resplandeciente cada que Yeosang lo llamaba para salir a divertirse.

(...)

Seungmin se relajaba en su oficina con un café caliente, eran aquellos instantes de conciliación, donde podías reposar sobre tu escritorio y disfrutar la vista de la cuidad a través de la ventana.
Desgraciadamente, la armonia le duró poco, pues la puerta de su oficina fue tocada un par de veces y un oficial entró para notificar su aviso.

— Agente Kim, un hombre afuera lo está buscando.

— Dile que no estoy — ordenó de mal humor.

— Ya se lo dijimos pero insiste en verlo, dice que es urgente — Seungmin suspiro con frustración y planto el café sobre la mesa.

— Déjalo pasar — acepto con resignación.

Minutos después, su oficina fue invadida inesperadamente por nadie más que Changbin, quien traía un libro consigo y unas ojeras prominentes debajo de sus ojos.

— ¿Tu que haces aquí? — pregunto con clara indignación.

— Le dijiste a Felix que conocías todo sobre El Prakloo, necesito que me expliques lo que está escrito aquí — hablo con desesperación y el agente se mostró sorprendido al ver el título en la portada de aquel libro.

— ¿De dónde lo sacaste?

(...)

El timbre resonó por segunda vez en la instalación, las aulas se vaciaron y los estudiantes llenaron el comedor de bulliciosas conversaciones y juegos.

— Y entonces Chan comenzó a reírse como un idiota — narro el pecoso con cierto recelo, Jisung no pudo evitar soltar un pequeña risa por la anécdota de su amigo.