Rubén abrió la puerta de su departamento compartido, dejandole el paso primeramente a Andrea, quien le respondió con una sonrisa.
Él la ayudo a quitarse el abrigo y lo colgó en un perchero al igual que su morral.
-¿Cómo ha estado tu día? - Preguntó Andrea volteando a Rubén, que la miraba con la típica cara de idiota enamorado.
- Sólo quiero pasar un rato contigo, para olvidar el resto- Suspiró estresado y cogió el joven rostro de la chica besando delicadamente sus labios.
-Vale, si lo dices así- Murmuró ella abrazándolo con su cara undida en el pecho de su novio- ¿Dónde está Mangel?- Le preguntó alzando su vista.
-No lo sé, es un cabrón- Respondió tosco y ella lo miro expectante. Él tenía la mandíbula apretada, se le notaba el cabreo que recorría sus venas y traía una mirada monótona.
-¿Qué ha sucedido?- Habló ella, Rubén se separó de su agarre y ambos se dirigieron a la sala.
-Nada importante- Le dijo en un tono bajo. Andrea lo miró con tristeza, tratando de descifrar qué era lo que le carcomia por dentro al castaño. Luego le sonrió, tratando de tranquilizarlo.
-Todo estará bien, Rubius- Lo tranquilizó y dirigió sus pequeñas y delicadas manos a su suave cabello. Rubén estrechó su cuerpo contra el de Andrea en un cálido abrazo y él inhaló la fragancia de ella- Ya volverá.
-No sé qué es lo que le sucede- Murmuró en sollozo- Tal vez ya se ha cansado de mí.
-Nadie se podría cansar de ti- Consoló la chica.
Ella comprendía a Rubén, sabía que a él le dolia eternamente las peleas con Miguel.
Por lo adocenante que suene, él era un imbécil al no notar los profundos sentimientos de Miguel. Tal vez porque Rubén aborrecia la idea de ser homosexual, aunque no lo encuentre como un tabú. Por lo más moroboso que sea, estamos en el siglo veintiuno.
Por otro lado, Miguel se acababa de bajar del bus y notó que un chico de cabellos oscuros se adentro.
No le dio importancia y avanzó por las húmedas calles del centro de Madrid. Aunque internamente estaba luchando para no volver a huir hasta la casa de Abraham otra vez.
Vaya cobarde que era.
Tal vez sus inseguridades lo hacian ser así; la inconformidad de ser él mismo. Y centenares de veces Miguel intentó olvidar los prominentes sentimientos que sentía hacia su compañero y amigo.
Levantó la vista observando la puerta principal del departamento y se adentró aún peleando contra sus adentros. Decidido, subió el ascensor y presionó el botón correspondiente al piso.
Su interior temblaba, no se sentía listo aún para enfrentarse al castaño aunque rogaba eternamente a los cielos que no se encontrase en el departamento. Vaya decepción se encontrará.
Miguel acomodó sus gafas con el puente de este y suspiró cuando las puertas del ascensor se abrieron. Avanzó por el pasillo con el corazón en sus manos y dando una boconada de aire, tomó el pestillo de la puerta y extrañamente estaba abierta.
Oyó llosozos desde la sala y se condujo allí no sin antes cerrar la puerta.
Observó la habitación de paredes blancas con un sofá, frente a este un televisor que habían adquirido hace poco con el pago de Rubén y algunos pósters de videojuegos en las paredes. Sin nombrar la ropa y juguetes esparcidos por el lugar. Para terminar, estaban Andrea y Rubén sobre el sofá. El último al parecer no notó su presencia ya que aún seguía con la cabeza en la curva del cuello de la chica.
-Mangel, ¿dónde coño te habías metido?- Expectó ella. Rubén volteó a ver y efectivamente observó la figura de su amigo.
-Joder, tío, me tenías preocupado- Admitió el castaño parándose de su asiento hasta llegar a Miguel y enrollar su cuerpo en un abrazo que fue correspondido.
-Que sólo me he ido por un día- Excusó.
Andrea decidió tomar su bolso y retirarse. Algo que luego le traerá consecuencias a Rubén.
-Yo...-Trató de decir- Tío, lo siento- Murmuró metiendo su mano dentro de su chaqueta y sacó el móvil con la pantalla astillada.
Miguel lo tomó entre sus manos y suspiró sin mirar a Rubén.
-No importa, luego compraré otro- Dijo sin importancia, dejando el aparato sobre el sofá.
Ambos se quedaron en silencio.
Miguel no era capaz de observar los misericordiosos ojos avellanas de Rubén, temía perderse en ellos y echó un suspiro.
-Tenemos que hablar- Rubén interrumpió el silencio.
El corazón de Miguel sintió llegarle a la garganta y su cuerpo se tensó más de lo que ya estaba.
A estas alturas, no me sorprendería que le diera un paro cardíaco. Aunque esta historia ya me la sabía.
-Me iré con Cheeto- Habló Miguel con tono firme, el estómago de Rubén dio un vuelco aunque este lo sintió como un vacío.
- ¿Qué coño estás hablando, Mangel?- Dijo Rubén con recelo, sin embargo, este no lo admitía ni a sí mismo.
Las manos del castaño se apretaron en puños y frunció el ceño, algo que innecesariamente le intimidó a Miguel.
-Creo que necesitamos darnos nuestro espacio...
-¿Te irás con Cheeto? No lo comprendo, tú eres mi mejor amigo.
-Lo sé, Rubius- Suspiró.
-No, no puedes irte y dejarme- Negó.
Miguel volvió a suspirar, observó la matadora mirada de Rubén.
-Míralo como una oportunidad para estar con Andrea- Habló entre dientes. Aunque no le gustase la idea, él creía que era la solución a sus supuestos problemas.
Que alguien le haga entender que los sentimientos no se olvidan de un día para el otro.
-No, tío, tú eres mi compañero.
-No quiero que continuemos peleado y encabronados uno con él otro, ¿entiendes?
-Este siempre fue nuestro sueño- Habló apuntando el suelo mientras la rabia lo consumía.
-Sí, pero debes entender que no puedo continuar con esto- Insistió Miguel. Y un silencio se formó, donde Rubén se observaba mecanizado sus palabras.
-Vete a la mierda, Mangel- Dijo cansado, interrumpiendo el silencio- Tú y tus cosas, tú y el estúpido de Cheeto, tú y nustra amistad.
-¡Estáis exagerando!- Exclamó Miguel.
-Vete a la mierda, ¿tú crees que estoy exagerando? ¡Eres tú quien se va con una pelea!
-No entiendes- Murmuró.
-Si no me dices es obvio que no- Habló tosco.
-Me quedaré en el edificio, pero iré a otro piso con Cheeto.
-Tú no te irás del edificio, pero me mudaré lejos.
Bien hecho, Rubén, ahora ¿quién te cuidará de tus pesadillas?
Te haré volver, cueste lo que cueste.
Bien, este es el final de la primera parte y próximamente voy a subir la segunda ^-^
Gracias por esperar y ya no necesito ningún personaje c:Saludos.
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Red thread. ||Wigetta. | Rubelangel.||
RomanceEl hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca romperse. || Wigetta Rubelangel ||