Las cosas habían cambiado en cierta manera, tenía más libertad en estar con Yoongi y la mayoría de su tiempo se la pasaba a su alrededor solo hablando o preguntándole cosas. Claro que había veces en las que no podían estar juntos y solo se la pasaba en su habitación o en el jardín con las rosas.
Pero había algo que siempre sucedía y le molestaba demasiado. Jimin no comprendía cómo es que Yoongi a pesar de demostrarle buenos tratos, seguía guardándose cosas para sí mismo cuando él podía ayudarle. Seguía siendo egoísta en algunas cosas y solo minimizando situaciones.
Cómo ahora que había tenido una reunión con Namjoon y no tuvo idea de eso hasta que Yoongi llegó.
– ¡Debiste decirme! Pude haberme colado en la reunión y acercarme más a Namjoon. – reclamo Jimin en un puchero entrando a aquella habitación donde siempre Yoongi se encontraba.
Para Yoongi era raro tener a alguien como Jimin con él. Teniendo toda su atención en él y comportándose de una manera en que le hacía saber que necesitaba atención y si algo no salía como quería, era seguro que el pelirrosa haría un berrinche y terminaría saliéndose con la suya entre pucheros y falsos lloriqueos. Era increíble como en cuestión de días logró que Jimin tuviera tanta confianza con él como para exponerse de esa manera.
Ahora, verlo dar pasos lentos hasta el con el ceño fruncido y un puchero en sus labios que hacia resaltar su regordete labio inferior causaba una extraña sensación en su pecho. Un ángel caído era una total belleza, su madre había tenido tanta razón.
La mirada libinidosa y seductora de Jimin a veces era remplazada por un par de inocentes ojos brillosos que demostraban admiración.
– ¡Oye te estoy hablando! – exclamó Jimin cruzando sus brazos sobre su pecho al solo ver la mirada de Yoongi en él sin decir nada.
Pero, sentir de más por un alma estaba mal. No eran humanos para interesarse en un sentimiento tan vano y ridículo que solo volvía débil a cualquier alma.
Yoongi bufó alejando sus pensamientos y solo alzando una ceja hacia él pelirrosa.
– ¿Y que Namjoon intente follarte? No gracias. – respondió sarcástico viendo a Jimin hacer una mueca de asco. – No dejaré que él te miré por mucho tiempo, tendrá curiosidad por ti.
Jimin sonrió sintiendo una extraña sensación que tranquilizó su mente de inmediato, sabía bien que él no dejaría que nadie lo tocará, además Yoongi era tan malditamente caliente cuando se enojaba.
– No estés tan celoso, sabes que alguien como él nunca llamaría mi atención, ¿O acaso desconfías de mi? – la voz baja de Jimin sonó en un susurró seductor mientras caminaba hasta la silla donde estaba Yoongi sentado, no le importó si no tenía su permiso paso a sentarse en sus muslos.
– No. – murmuró Yoongi viendo hacia otro lado que no fuesen los brillosos ojos del pelirrosa que pedían por su atención.
– Exacto, nunca estaría en tú contra.
Con un beso en su mejilla bajo sus labios hasta los de Yoongi besándolo y asegurándose de que tuviera toda su concentración en él.
Yoongi solo era suyo y él era solo de Yoongi.
Jimin sentía el viento pegando sobre su rostro, le gustaba en cierta parte ir a la tierra ver el oscuro cielo estrellado mientras caminaba alrededor de alguna playa, carretera, bosque, montaña o parque, pero lo que mas le gustaba era saber que Yoongi siempre estaría a lado de él llevándolo a cualquier lado que él quisiera.
En ese momento se encontraban en una carretera vacía, a los lados había grandes árboles cubriéndolos.
– Me encanta el cielo. – murmuró Jimin adelantándose unos pasos mirando el cielo y extendiendo sus brazos hacia arriba. – Y pensar que por años soñe por salir de ahí pero nunca me atrevi a hacerlo. Gracias Yoongi.
Él pálido no respondió, realmente no sabía cómo hacerlo. Nunca alguien lo había tratado de esa manera ni le había agñradecido por algo así que solo se quedó admirando la llamativa aura que Jimin tenía.
En la completa oscuridad parecía brillar, su piel aperlada hacia resaltar sus rojizos labios junto con su cabello rosado despeinado por el aire.
– ¡No solo me mires! Tienes que responderme algo. – exclamó el pelirrosa deteniendo su caminar, cruzando sus brazos sobre su pecho frunció el ceño fingiendo molestia al no recibir respuesta.
Siempre era lo mismo, Jimin intentaba recibir aunque sea una palabra que le hiciera sentir importante pero solo recibía miradas silenciosas. Yoongi nunca se expresaba correctamente y quería cambiar esño. Lo intentaba.
– Lo dejaré pasar solo porque no quiero arruinar esta noche. – expreso quitándole importancia y sonriendo cuando vio el cielo cubierto con estrellas. – Vamos, quiero volver a probar ese ramen de la tienda de conveniencia, sé que no necesito comer pero eso sabe delicioso.
Jimin se adelantó de nuevo unos pasos pero fue tomado por la muñeca haciéndolo devolver sus pasos hasta quedar cerca del pecho de Yoongi. Su expresión sorprendida y confundida se dejó notar pero solo espero en silncio solo viendo los gatunos ojos que parecían tener un conflicto interno.
– Eres el único ser que tolero y que puede seguirme a cualquier lugar. Por alguna razón me encanta verte sonreír así que por eso hago caso a tus berrinches, estando contigo disfruto más mi existencia. – explicó Yoongi tomando en una de sus manos su cadera mientras la otra iba hasta su mentón, sus dedos quedando tan cerca de su labio inferio. – Eres importante para mí Jimin, no sé expresarme bien pero lo estoy intentando por tí. Aún sí sueno como humano debes saber que tú sola existencia me hace sentir en paz además no es normal que solo te deseé a ti sobre todas las cosas.
Jimin sonrió dejando a la vista sus dientes, acercándose a Yoongi planto un beso en su mejilla sintiéndose raro, cierta calidez y felicidad inundó su ser. Por primera vez desde que llegó a la existencia de Yoongi le dedicaba unas palabras a él.
Dejó un beso en la comisura de sus labios.
Sabía que en cierta parte era porque fue lo que él siempre soño; bajar a un angel caído era algo que Yoongi anhelaba, pero quería saber lo lejos que podía llegar.
– Amo que estés dispuesto a expresarte aún sí eso está en contra de tí.
– Solo lo hago contigo.
Esa noche caminaron tomados de la mano hasta la tienda de conveniencia, comieron ramen instantáneo entre charlas sin sentidos, se adentraron al bosque paseándose esperando el amanecer
Eso fue suficiente para que en el pensamiento de Yoongi se sembrará la duda de ¿Cómo sería su existencia si viviera con Jimin en la tierra olvidándose de sus tareas como demonio? El pensamiento fue peligroso porque si se encaprichaba con eso rechazaría todo para cumplirlo.
No podía olvidar la razón por la que lo bajo del cielo: convertirse en el demonio más poderoso y matar a su hermano menor. Y eso solo se lograba con la ayuda de Jimin.
ESTÁS LEYENDO
Sé mi dios [Background LMD]
Fiksi PenggemarPark Jimin era un arcángel de un alto rango encargado de ahuyentar demonios teniendo un gran poder celestial capaz de matar almas del infierno. Yoongi solo era un demonio que necesitaba bajar a un arcángel del cielo para poder tener más jerarquía e...