La sala médica del clan Jiang.
Wei Wuxian y Jiang Wanyin dentro de la habitación junto a un médico.
Lan Xichen y su hermano afuera. Habían sido echados de la habitación por el líder sin importarle las quejas y las miradas frías.
— Tranquilo, Wangji. — dio palmadas en su hombro a modo de consuelo. — Todo estará bien.
Wei Wuxian a penas había logrado pronunciar la palabra vomitar cuando salió corriendo de la sala.
— Hermano. — el estaba incluso aterrado a los ojos de Lan Xichen. — Wei Ying...Él...
— Wangji. Estoy seguro que-
Las puertas se abrieron de golpe mientras Jiang Wanyin gritaba a los cuatro vientos dos palabras:
— ¡Lo sabía!
Y detrás de él Wei Wuxian corría emocionado hasta los brazos de su esposo.
— ¡Lan Zhan, Lan Zhan!
Lan Xichen abrió los ojos de golpe junto a una gran sonrisa cuando su cuñado grito: ¡Seremos padres!, todos se apresuraron en felicitar a la pareja. Bueno, casi todos. El líder Lan notaba perfectamente como Jiang Wanyin quería lanzarse encima de su hermano tal vez para asesinarlo o tal vez para asesinarlo.
Su mirada no se veía para nada agradable, pero estaba equivocado.
— Mmn. Felicidades Wei Wuxian. — ignoró la presencia de Lan Wangji. — Ojalá ahora si madures un poco.
— ¡Yo también te quiero Cheng-Cheng!
— ¡¿A quién crees que le dices Cheng-Cheng?! — soltó furioso.
Pero Lan Xichen se preguntaba si el líder Jiang era consiente de que cada vez que se enojaba sus mejillas y nariz se ponían rojas.
Se veía...tierno.
— No puedo creer que me pase de ese gran detalle. — comentaba Wei Wuxian mientras seguía aferrado a las túnicas de su esposo, Lan Zhan deslumbraba alegría. — ¡Aiyo! Lan Zhan, estás muy feliz también.
Lan Wangji mantenía un rostro sereno mientras abrazaba posesivamente de la cintura de su pareja.
— ¿Dónde le ve felicidad?— murmuró Jiang Wanyin más relajado. — Como sea, le enviaré una carta a Shijie para que venga.
Otro gritó se escucho de parte de Wei Wuxian.
— ¡Sí! — chilló. — No puedo esperar a ver la cara de A-Jie cuando le diga que también espero de un pequeño joven maestro.
Dicho eso último Wei Wuxian jaló a su esposo de la manga para dirigirse a quien sabe donde dejando a Lan Xichen solo junto al líder Jiang. El aroma a lotos se hacía más fuerte y pudo notar una mirada melancólica acompañada de una suave sonrisa.
— Parece muy feliz con la noticia líder Jiang.
— ¡Claro que lo estoy! — contestó de inmediato, luego aturdiéndose un poco por su respuesta. — No...No le diga que lo grité.
Lan Xichen solo rio leve, complacido por el rostro nervioso del líder Jiang. Cuando suavizaba la mirada era como si de dos estrellas se trataran, sus ojos brillaban y sus mejillas ya no lucían rojas sino con un tenue rosado, como el color de la flor de loto.
— No le diré. — sonrió divertido.
— Mmn. — asintió. — Si desea puede pasear por la secta, seguro recibiré la respuesta de mi hermana inmediatamente para llevar a cabo una pequeña celebración aprovechando su visita.
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Amor entre Lotos © Xicheng
De TodoLan Xichen tenía muy claro una cosa: ¡Amaba los lotos! Por otro lado, Jiang Cheng era como un loto, agrio pero a la vez dulce. ¡Y también lo amaba! Así que acompañemos a esta pareja en una aventura para descubrir su amor, porque entre lotos el amor...