[Capítulo 26]

116 25 12
                                    


Corro hacia el baño y me siento de rodillas aferrándome a la taza. La garganta me arde mientras vómito todo mi desayuno: un donut y un café. La cabeza me palpita y mis ojos arden.

- Joder, roommate. Las resacas no son lo tuyo. - habla Mara a mis espaldas pasando la mano por mi dorso.

Tiro de la cadena y me levanto hacia el lavamanos. Estamos en los baños de la universidad, me he pasado el día metida en ellos devolviendo todo el poco contra ido que he consumido. Enjuago mi boca y lavo mis manos.

Mi reflejo en el espejo no es el más decente. Mis ojos están algo rojos con ojeras oscuras en forma de medias lunas y mi cara algo verdosa.

Parezco un jodido zombie con esta cara

Salimos de la escuela y vamos directo a la residencia con la pereza a cuesta. Tomo una ducha larga y caliente para relajar mi cuerpo. Los músculos pesados y tensos parecen calmar su furia haciéndome sentir mejor. Tomo unos analgésicos y un poco de café antes de prepararme y salir rumbo a mi trabajo.

Llego y todo está abarrotado de gente. Mis mesas están repletas de clientes esperando ser atendidos y el bullicio de las charlas y el sonar de los cubiertos en los platos abarca todo el lugar. Corro como puedo hacia el vestidor y me cambio al uniforme. Empiezo a tomar pedidos y llenar mi bandeja con hamburguesas y batidos.

Los pies me duelen y la cabeza me está al explotar. Las bandejas se me han caído tres veces y he tenido que devolver los pedidos por equivocaciones cerca de cuatro veces.

- ¡Camila! - llama mi jefa recostada a la barra. Luca está a su lado y puedo notar un brillo de satisfacción en su rostro. - ¿Estás bien? Tienes cara de muerta y haz arruinado varios pedidos. Estás fuera del planeta. - Asiento apenada.

- Lo siento mucho, es que estoy algo mal. No me siento muy bien.

Luisa me mira con cara de compasión y me brinda una de esas sonrisas suyas tan confortantes.

- Bien. - da una palmada al aire - Ve a la cocina, bebe un poco de agua, toma aire fresco y vuelve a la Tierra. Te necesito despierta hoy. Estamos llenos, por favor.

Asiento haciendo lo que me pide. Le dejo mi bandeja a Luca y salgo camino a la cocina. Dentro están todos los empleados con sus uniformes de cocineros yendo de un lado para otro preparando cómoda. El sonido estrepitoso de la batidora resuena al igual que el olor a grasa provoca mareos en mí.

Me acerco al filtro de agua, tomo uno de los vasos plásticos y lo lleno. Bebo un poco recostada a la puerta que da al basurero del local. Hay un pequeño techo sobre mi cabeza y un escalón que baja al asfalto.

Respiro profundo aclarando mi mente y dejando a un lado los mareos y los deseos de vomitar que me vienen en un torturoso ciclo sin fin. Regreso a mi puesto y esta vez trato de no destrozar nada.

∆--∆--∆

Hart me ha llamado y me ha dicho que tiene algo importante que decirme, que vamos a cenar fuera y luego daremos un paseo.

Elegí vestir un vestido azul con bolas blancas, largo hasta la altura de mis rodillas y con un escote de V y tirantes finos que caen por mis hombros como un velo, la cintura se divide por un cinto negro muy bonito que rezarla este lugar.. Me pongo unas sandalias blancas y tomo una chaqueta para protegerme del frío. No sé a dónde iremos así que trato de ser lo más práctica y elegante posible.

Mara ha salido con Fabián a una cena con sus suegros (los padres del moreno) así que está noche no viene a la residencia. Salgo de la habitación y el pasillo está desierto. La habitación de Daria tiene música puesta y se escucha agetreo dentro.

Antes que me vaya (I) [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora