[Capítulo 2]

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Volteo el rostro mirando fuera de la ventanilla hacia el lugar donde miraba Hart: una discoteca con luces en neón en la entrada y un guardia enorme en la puerta.

Genial, estaba vestida muy a la ocasión.

Hart abre la puerta y sale del auto sin decir palabra. La pareja allá atrás hace lo mismo y les sigo la acción. Había una fila extensa en la puerta de entrada pero eso no le importó al pelinegro. Caminó con seguridad hacia el gorila de la entrada y como viejos amigos, el hombre nada más verlo le choca los cinco. Corre la cinta y nos deja pasar, me mira con seriedad al verme quedar quieta en mi lugar y rápido avanzo con los demás.

El lugar no estaba muy lleno, habían personas regadas por algunas mesas y otras en la pista de cuadros que había en el centro, eras libre de caminar sin chocar con nadie. Nos dirigimos a una de las mesas y tomo asiento al lado de la pelirroja. Su novio quedó de frente y enseguida se pusieron a darse besos empalagosos.

Dejé de mirarlos incómoda y me fijé en el lugar, habían luces parpadeantes y cambiantes de color sobre nosotros, en la barra habían dos barman agitando las botellas y preparando los tragos con mucha gracia y elegancia.

Me quité la chaqueta y la dejé sobre mis muslos ya que el aire acondicionado estaba apagado. Miré hacia delante y me encontré con los ojos grises de Hart. Tenía otro cigarrillo en los dedos y estaba botando el humo por su nariz y boca.

— ¿Quieres? — me brinda el cigarro

— No gracias, no quiero manchar mis pulmones — rueda los ojos aburrido y vuelve a darle otra calada al cigarrillo.

— ¿En qué año estás? — pregunto curiosa. Se ve más grande que yo, tal vez uno o dos años.

— Tercero de medicina — responde seco apagando la colilla del cigarro en un cenicero — ¿Tú?

— En primero de literatura inglesa — asiente una sola vez y mira a su amigo que ahora tiene a Mara sobre sus pies y se están comiendo el cuello.

— Búsquense un cuarto, no hace falta dar un show — Hart habla con fastidio desviando la mirada por el lugar. Fabián separa la boca de su novia y me mira apenado, le susurra algo a Mara y ella sonríe bajándose de sus pies

— Lo siento, Camila. — me encojo de hombros con una sonrisa tensa y llega un mesero hasta nosotros.

— Un whisky y tres tequilas — el pelinegro habla por nosotros pero yo niego.

— Yo quiero agua — suelta un bufido cuando me escucha. Lo miro seria, sin entender que le hace gracia.

— Aquí no venden agua — se recuesta en el espaldar de la silla, mirándome serio y divertido.

— ¿No venden Coca-cola? — el mesero asiente — Bien, una Coca-cola para mí entonces. — El chico se marcha después de rectificar el pedido volviendo a la barra

Hart sonríe con sarcasmo de lado, recostándose al espaldar de la silla y mirándome.

— ¿Agua? ¿En serio? — suelta con voz burlona — Que aburrida eres.

— No me gusta el alcohol — me reduzco a contestar. Miro hacia otro lado viendo a Mara sonreír con algo que le ha dicho el moreno.

— Fabián, ¿también estás en tercero? — pregunto cambiando de tema e integrandome un poco, ni pienso seguir escuchando a Dareen con sus quejas

— Si, está en tercero al igual que Hart, es muy bueno -—Mara le guiña un ojo haciendo que el novio terminara rojo de vergüenza

— La verdad que tan bueno no soy, solo que me gusta tenerlo todo bien hecho — asiento de acuerdo.

Antes que me vaya (I) [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora