—¿Mamá? —preguntó el pequeño Roier, de seis años, recostado boca abajo en la cama mientras observaba a su madre tejerle una bufanda para protegerlo del frío—. ¿Cómo lo supiste?
—¿El color para tu bufanda? —respondió su madre con una risita, sin apartar la vista de su trabajo.
—¡Noooooo! —Roier alargó dramáticamente la respuesta, haciendo un puchero—. ¿Cómo supiste que papá era la persona con la que querías casarte?
Lo miró con ligera sorpresa, pensando que era aún demasiado pequeño, y sin embargo, aquí estaba, preguntándole cosas sobre el amor.
—Veamos —empezó con una sonrisa nostálgica—, supongo que lo supe cuando me pidió ser su esposa.
Roier se levantó de golpe con una gran sonrisa, comenzando a saltar sobre la cama; su madre suspiró enternecida, no tuvo el corazón de decirle que parara.
—¿Te lo pidió con esas flores rojas tan bonitas? ¿Al amanecer y con el sol de fondo?
—No exactamente, tu padre es algo tímido, ¿sabes? Me lo pidió una tarde en el pueblo, mientras esperábamos dentro de una tienda a que parara de llover.
Roier frunció el ceño y dejó de saltar al instante —Eso no suena muy romántico.
—No, de hecho, no —su madre rió mirándolo un momento antes de seguir tejiendo los últimos detalles—, pero ¿sabes? Aunque no fue exactamente romántico, fue uno de los momentos más bonitos de mi vida —alzó la bufanda a la altura de su rostro para inspeccionar el trabajo—, lo que quiero decir es que, mientras sea la persona especial destinada a ti, no importa cómo te lo pida, será especial y mágico.
El pequeño Roier inclinó la cabeza en confusión. ¿Mejor que con un ramo de flores rojas y con el sol de testigo? Honestamente, lo dudaba.
—Listo.
La voz de su madre lo sacó de sus pensamientos. Se acercó a la cama para envolver la recién terminada bufanda en el cuello de su hijo, cuyos ojos brillaron mientras jugaba con el extremo.
—¿Cómo lo supiste?
Deja vú. Su madre sonrió —¿El color para tu bufanda? —esperó a que el pequeño terminara de asentir—. Fácil, el rojo es tu color favorito.
—Sí, pero ¿y el azul?
Roier no lo supo en ese momento, pero la sonrisa que su madre le dio en ese momento quedaría grabada a fuego en su memoria por toda la eternidad.
—Rojo y azul quedan bien juntos, ¿no crees?
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La propuesta de matrimonio de Cellbit fue preciosa.
Lo tenía todo planeado: un picnic a media tarde en un campo lleno de flores de todos colores, con el sol poniéndose de fondo, bonitas palabras y un anillo de por medio.
La de Spreen fue todo lo contrario. Torpe, brusca, no había flores ni mucho menos sol, y encima acababa de arrojar por una montaña el único anillo que tenían. El pequeño e ilusionado Roier de seis años estaría devastado. Todo estaba mal...
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Espectral (spiderbear)
FanfictionCorpse Bride AU. Un matrimonio arreglado, una boda que nunca se llevó a cabo. Spreen y Roier no podían ser más diferentes y aun así el destino jugó para juntarlos, con algo de suerte ambos aprenderán sobre el amor verdadero en el camino.