𝐙𝐨𝐝𝐢𝐚𝐜𝐨 𝐁𝐧𝐡𝐚 | ᴏɴʟʏ ɢɪʀʟs

፧ Tauro ፧

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Rosa pastel
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Tauro / Juzo

Era una tarde nublada, el tipo de día que uno preferiría evitar para tomar decisiones importantes. Sin embargo, Tauro sabía que debía enfrentar sus sentimientos.

Todo había sucedido demasiado rápido. La relación se había vuelto inestable, con una falta de comunicación creciente. Los secretos se acumularon, los malentendidos se intensificaron, y las discusiones comenzaron a ser más frecuentes. Las peleas que antes terminaban en abrazos ahora se transformaban en gritos, empujones, lágrimas y palabras hirientes que solo aumentaban el dolor.

"¿Cómo llegamos a esto?" pensó Tauro mientras caminaba lentamente hacia la habitación de su actual novio, Juzo.

Llevaba una pequeña caja en sus manos, un regalo que había guardado con cuidado durante mucho tiempo, pero que ahora solo le recordaba la triste realidad que enfrentaba.

Las cosas no podían seguir así. Su personalidad, normalmente fuerte e inquebrantable, estaba desmoronándose. Ella lo sabía, y también sus amigos cercanos. Por supuesto que lo sabían; habían notado cómo su energía habitual desaparecía a medida que su relación con Juzo empeoraba.

Sus amigos estaban preocupados, y por eso Tauro se encontraba ahora frente a la puerta de Juzo, lista para tomar la decisión más dolorosa de su vida.

Al tocar la puerta, no pasó mucho tiempo antes de que Juzo abriera. Sus miradas se encontraron, y el silencio y la tensión llenaron el aire. Tauro sintió las palabras atraparse en su garganta; frente a la persona que había amado y odiado en tan poco tiempo, se encontró incapaz de decir nada.

—¿Y bien? —preguntó Juzo con impaciencia. Por su tono, era evidente que ya sabía por qué Tauro estaba allí..

—Yo... —Su voz se corto, antes de suspirar y llenarse de valor. —Sabes Juzo... Pensé que íbamos a tener una vida diferente —murmuró Tauret, su voz apenas por encima de un susurro. Sus ojos, llenos de lágrimas no derramadas, se clavaron en los de Juzo.

Juzo asintió, incapaz de encontrar las palabras correctas. Su corazón pesaba como una piedra, pero su rostro permanecía estoico, un intento fallido de no mostrar sus emociones. Él también había imaginado un futuro juntos, un futuro que ahora parecía desvanecerse como el vapor en el aire frío.

—Pero ahora... —continuó Tauret, su voz quebrándose— Nos hemos destruido. Nos prometimos ser los superhéroes el uno del otro, pero... ¿qué somos ahora?

Juzo bajó la mirada, incapaz de enfrentar la verdad en sus palabras. Había querido ser ese héroe para ella, pero los desafíos y malentendidos de la vida los habían estado alejado. Su relación, que alguna vez fue un lugar especial y lleno de confianza, se había convertido en una lucha constante, llena de reproches y heridas sin cicatrizar.

—No sé en que momento todo se empezó a desmoronar —dijo Juzo finalmente, su voz suave y cargada de tristeza—. Quería ser mejor, pero... fallé. No soy el hombre que prometí ser.

Tauret se acercó solo un poco, colocándole la caja en las manos. Dentro, un masca página con una rosa marchita bien cuidada dentro del plástico. Fue el primer regalo que recibió de Juzo cuando si relación empezó, la amaba tanto que nunca pudo tirarla, pero ahora...

—Esto se acaba ahora —dijo ella, sus palabras firmes pero cargadas de dolor—. Hay que aceptar que la amistad que había entre nosotros nos destruyó lentamente... Continuar con esto solo nos hará más daño y yo no quiero seguir ese camino. Adiós Juzo.

Juzo la miró con tristeza, entendiendo que esta era la despedida final. Aunque las palabras de Tauret eran duras, sabía que eran ciertas. No había vuelta atrás, y ambos tenían que seguir adelante por caminos separados.

Mientras Tauret se alejaba, Juzo sintió un nudo en el estómago. Era el final de su historia, una que había imaginado llena de amor, ahora reducida a cenizas. Sin embargo, sabía que ambos merecían encontrar su propia felicidad, incluso si eso significaba ser felices lejos el uno del otro.

En la distancia, Tauret se detuvo un momento, mirando hacia atrás por última vez. Con una pequeña sonrisa melancólica, asintió hacia Juzo, como una despedida silenciosa, y luego se fue, llevándose consigo los recuerdos de un amor que, aunque no fue eterno, siempre sería especial.

Juzo se quedó en la puerta un poco más, sosteniendo la caja en sus manos, antes de finalmente guardar el marca páginas en su bolsillo y cerrar la puerta. Sabía que el tiempo curaría las heridas, pero también que siempre llevaría consigo un pedazo de aquel amor, por más dolorosos que sean los recuerdos, se quedarían grabado en su piel por a eternidad.

Xd

Esta el la primer pareja de ¿4? ¿5?

Ni estoy tan segura, pero les digo que son varias jsjs

(De echo de esta pareja ni hubo tantas quejas, pero pensé que tal vez no les gustaría mucho :/)