¿Será qué es amor? 2 - Adaptación Caché

Capítulo 17

—Ahí vienen.—Murmura María Fernanda al ver que su hija, la morena y su nieta están entrando al jardín del hotel.—Oliver, mira cómo esa florista acapara a Daniela.—Se queja.

Ella y su asistente se encuentran sentados en una banca, entremedio de los arbustos, para poder espiarlas. Estar en esa posición, les genera un punto ciego en el que ellos pueden verlas, pero ellas no pueden verlos a ellos.

—Yo solo veo una familia feliz.—Admite Oliver, grabándolas con la cámara de su celular.

Desde otro punto cercano, Gabriela y Kim realizan la misma tarea.

—¿Es que todos a mi alrededor están ciegos o qué?—Farfulla incrédula la mujer pelinegra.—Yo no me creo ese retrato de una familia feliz. ¿No ves que Daniela solo está fingiendo que es una buena mamá?—Señala hacia el jardín, donde ambas madres y la niña dan un paseo.

—¿Por qué iba a fingir eso? Lo está intentando.—La defiende Kim.—Además, ¿cuándo habías visto a un niño con Daniela? Al menos Kiraz está con ella.

—Nunca la he visto.—Responde Gabriela.—Grábalas, grábalas.—Le pide.

La rubia le hace caso y saca su teléfono para comenzar a grabarlas.

—María José podrá esforzarse lo que quiera, pero voy a presentar toda la evidencia que tengo ante la corte.—Asevera Mafe.

En el otro bando, Gabriela mantiene una postura similar.

—Graba, graba. Les preguntaré si existe una mejor mamá.—Dice decidida a demostrar que la castaña no es una buena madre.

Kim rueda los ojos, pero de igual forma continua grabando.

—Ya veremos si piensan que puede haber una mejor mamá que mi hija.—Le habla Mafe a su asistente.

—Tampoco exagere.—Responde Oliver.

En el jardín, ambas madres y la niña continúan caminando, ajenas a lo que sus familias hacen.

—¡Ay! Daniela me pisó.—Se queja Kiraz, al sentir una leve pisada por parte de la castaña, claramente sin querer.

Esa acción no pasa desapercibida para la tía de la morena.

—¿Grabaste eso? Casi le rompe la pierna, le pisó el pie.—Exagera Gabriela, hablándole a la rubia.

—Sí. Casi la entierra.—Responde Kim sarcástica.

—No seas tonta.—Le reclama la mujer pelinegra.

—Solo la pisó, no le pasó nada.

En el jardín, María José ve una manzana en el piso, que recoge y limpia en su remera.

—Mira, Kiraz. Cómetela.—Se la entrega a su hija.

Y por supuesto que esa acción, no le parece adecuada a la madre de la castaña.

—Y no tiene normas de higiene. ¡Qué horror!—Dice con desaprobación.—Grábalo, grábalo.—Le pide a su asistente.

—Ya lo grabé, pero no exagere.—Contesta Oliver.—¿Acaso usted nunca se limpió una manzana en la ropa y se la comió?

—Nunca.—Niega ofendida la mujer rubia.

—Sí, se nota.—Rueda los ojos el chico.

En ese momento, Gabriela y Kim comienzan a bajar las escaleras, sin darse cuenta que están caminando hacia ellos.

—¿Lo grabaste?—Pregunta la mujer pelinegra.

—Sí, lo grabé todo.—Responde la rubia, guardando su celular.