* Día 8 *

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Celos.

Lan Xichen miraba absorto el lago tranquilo de la Secta Yummeng Jiang, sus pensamientos perdidos en la serenidad del paisaje

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Lan Xichen miraba absorto el lago tranquilo de la Secta Yummeng Jiang, sus pensamientos perdidos en la serenidad del paisaje. Jiang Cheng se acercó, con su usual expresión severa, interrumpiendo sus pensamientos.

—Lan Xichen, Nie Huaisang está en la entrada. ¿Qué demonios hace aquí?

La mención de Nie Huaisang hizo que Xichen frunciera el ceño. Jiang Cheng notó la reacción y levantó una ceja, aunque no dijo nada al respecto. Juntos, caminaron hacia la entrada de la secta y vieron a Nie Huaisang allí, con su característica expresión despreocupada y un ramo de flores en la mano.

—¡Ah, Chengcheng! ¡Y Xichen-ge! Espero no interrumpir nada importante —dijo Nie Huaisang con una sonrisa pícara.

—No estás interrumpiendo nada. ¿Qué quieres, Nie Huaisang? —respondió Jiang Cheng, cruzándose de brazos.

—Solo vine a visitar a mi amigo Jiang Cheng. ¿Puedo entrar?

Jiang Cheng suspiró y asintió con la cabeza, permitiéndole la entrada. Nie Huaisang siguió a los dos hombres hacia el interior de la secta, charlando animadamente sobre trivialidades mientras caminaban. Lan Xichen se sentía incómodo, observando la interacción entre Jiang Cheng y Nie Huaisang.

Finalmente, llegaron a la residencia de Jiang Cheng, y este se volvió hacia Nie Huaisang.

—¿Por qué estás realmente aquí?

Nie Huaisang se encogió de hombros con una sonrisa juguetona.

—Solo quería visitar a mi querido amigo Jiang Cheng. Y, tal vez, ver si Xichen-ge quería unirse a nosotros en alguna actividad interesante.

Lan Xichen apretó los dientes, sintiendo una mezcla de confusión y molestia. Jiang Cheng, sin embargo, aceptó la sugerencia con una leve inclinación de cabeza.

—Está bien, pueden quedarse un rato. Pero no causen problemas.

Mientras los tres estaban sentados en la sala de Jiang Cheng, Lan Xichen no pudo evitar observar la interacción entre Nie Huaisang y Jiang Cheng. Se reían juntos, compartían anécdotas y parecían disfrutar la compañía mutua. Cada risa de Jiang Cheng resonaba en los oídos de Lan Xichen de manera diferente, despertando un sentimiento desconocido en su pecho.

La incomodidad se convirtió en celos cuando Nie Huaisang se inclinó repentinamente hacia Jiang Cheng, susurrándole algo al oído que hizo que Jiang Cheng soltara una risa suave. Lan Xichen apretó los puños, sintiendo cómo la tensión aumentaba en su pecho.

Entonces, por impulso, Lan Xichen se puso de pie, atrayendo la atención de ambos hombres.

—Lo siento, pero debo retirarme. Tengo asuntos que atender.

Jiang Cheng y Nie Huaisang intercambiaron una mirada antes de asentir. Lan Xichen abandonó la habitación, sintiendo la necesidad urgente de alejarse de esa situación incómoda. Sin embargo, antes de que pudiera dar más de unos pasos, una mano lo detuvo.

—Espera, Xichen.

Se giró para encontrarse con los ojos serios de Jiang Cheng.

—¿Qué pasa?

Jiang Cheng bajó la mirada por un momento antes de volver a mirar a Lan Xichen directamente a los ojos.

—Lo siento si la presencia de Nie Huaisang te incomoda. No es como si pudiera evitar que viniera.

Lan Xichen asintió, pero no pudo evitar preguntar:

—¿Te llevas bien con él?

—Es... Nie Huaisang es alguien con quien puedo ser yo mismo, supongo. Aunque sea un vago y un holgazán, no me juzga.

Lan Xichen asintió nuevamente, pero la incomodidad persistía entre ellos. De repente, impulsado por una fuerza que no pudo contener, Lan Xichen tomó suavemente el rostro de Jiang Cheng entre sus manos y lo besó.

El mundo pareció detenerse por un instante. Lan Xichen se separó, temiendo la reacción de Jiang Cheng. Sin embargo, cuando miró a los ojos de este, se encontró con sorpresa y algo más: el rubor en las mejillas de Jiang Cheng.

—¿Qué… qué fue eso?

—Lo siento, Jiang Cheng. Fue un impulso. Pero debo admitir que tus labios son increíblemente tentadores.

Jiang Cheng frunció el ceño, pero Lan Xichen pudo ver una chispa de interés en sus ojos.

—Eres un tonto, Lan Xichen.

—Lo sé, lo siento. Pero… ¿también sentiste algo?

Jiang Cheng suspiró y desvió la mirada.

—Sí, supongo que sí.

Los dos se quedaron en silencio por un momento antes de que Lan Xichen tomara la mano de Jiang Cheng.

—Entonces, ¿qué dices? ¿Quieres intentarlo?

Jiang Cheng lo miró, sus ojos mostrando una mezcla de incertidumbre y algo más.

—¿Qué estamos intentando?

Lan Xichen sonrió.

—Ser algo más que amigos.

Jiang Cheng lo miró fijamente antes de asentir lentamente.

—Está bien, intentémoslo.

Los dos hombres se dirigieron hacia la habitación de Jiang Cheng, cerrando la puerta detrás de ellos. La Secta Yummeng Jiang, por un momento, fue testigo del comienzo de algo nuevo entre Lan Xichen y Jiang Cheng, mientras dejaban atrás la incomodidad y abrazaban la posibilidad de un romance que florecía entre ellos.

 La Secta Yummeng Jiang, por un momento, fue testigo del comienzo de algo nuevo entre Lan Xichen y Jiang Cheng, mientras dejaban atrás la incomodidad y abrazaban la posibilidad de un romance que florecía entre ellos

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Espero les haya gustado este capítulo, :3, a partir de mañana viene lo interesante, :3, gracias por leer, :3

Omegacember Xicheng [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora