Capítulo 21: La cita de Johnny. Parte 1

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¡TOC! ¡TOC! ¡TOC!


Johnny había estado durmiendo hasta hacía muy poco tiempo, desde antes que esos fuertes golpes en la puerta se comenzaran a sentir. Alcanzó su teléfono ubicado en su mesa de noche junto al plato vacío. Luego de hacer a un lado los nuevos mensajes de chicas que no conocía miró la hora: Eran las 9:09 am. Durante todos esos días su padre nunca lo había despertado así, pero aunque estuviera golpeándole la puerta, el joven gorila prefirió no responder. No tenía deseos de decir o hacer nada aún, y decidió esperar a que mejor dejara de insistir para seguir acostado e intentar dejar de pensar en lo mismo que seguía rondando por su cabeza una y otra vez


¡TOC! ¡TOC! ¡TOC!


Los golpes en la puerta siguieron, e incluso algo más fuertes que antes, ya estaba claro para Johnny que su papá seguiría golpeando la puerta.

- ¡¿Queeee?! – contestó finalmente con un tono de molestia


Al instante dejaron de escucharse los golpes en la puerta, y bruscamente su padre abrió la puerta, lucía algo irritado, pero a pesar de ello intentó hablar con cierto tono de tranquilidad.

- Johnny – comenzó diciendo – creo que ya ha pasado suficiente tiempo y creo que ya pudiste superar un poco el quiebre, pero si no haces nada más te quedarás aquí el resto de tu vida. Así que prepárate, vamos a salir


Johnny aún lucía algo adormilado, pero esa indicación de su padre provocó que se despertara aún más.

- ¿Qué? – preguntó

- Lo que escuchaste – le respondió firmemente mientras abría más la puerta y se colocaba delante del marco – así que levántate, iremos...

- ... papá, no quiero nada – respondió él

- ¡No te pregunté si quieres! – respondió él – ¡Así que levántate, ve a darte un baño, vístete y te espero en 30 minutos en la camioneta!

- ¡Papá! – Johnny ya se había sentado sobre su cama, su cabello estaba desordenado y aún se estaba restregando sus ojos con su mano – Aún no me siento bien para...

- ¡30 MINUTOS! – repitió con firmeza - ¡Así que prepárate ya!


No esperó una respuesta de parte del gorila, sino que simplemente se dispuso a salir y cerrar la puerta para que su hijo se preparara, pero antes:

- Y báñate bien ¡Apestas!


Johnny suspiró largamente. Aún no se sentía animado para absolutamente nada, pero la orden de su papá era incuestionable, y siempre había sido así desde pequeño. Le sorprendía que aunque no se lo dijera gritando, su voz grave y autoritaria seguía provocando que le obedeciera. Y a pesar del nulo interés que tenía en salir y hacer algo, fue a darse un baño, se colocó ropa limpia, se cepilló los dientes y dejó hecha su cama antes de encontrarse con su padre esperándolo afuera del taller dentro de la camioneta.

- ¿Pero que hay del...? - intentó preguntarle mientras comenzaron a alejarse

- No te preocupes – le dijo – Stan y Barry estarán bien durante el día. Hoy solamente será un día de padre e hijo


El padre de Johnny entendía que su hijo estaba aún intentando superar ese quiebre, pero ya el notarlo tan deprimido y lastimero no lo llevaría a ningún lugar, y si no tomaba la iniciativa entonces él tendría que ayudarlo para poder hacerlo. Durante un instante ambos iban en silencio en la camioneta, tan solo escuchando algo de música en la radio. El día se encontraba soleado y había una agradable temperatura. Mirando de reojo a su padre, veía que tenía una ligera sonrisa mientras manejaba.

Sing: Ash y Johnny, un amor a pruebaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora