Capítulo 30: Un último recurso

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- Vamos, déjame entrar – insistió Lance – solo vengo a dejarle algo y eso es todo

- Ni siquiera lo intentes – le respondió Chris, el enorme guardia gorila que le bloqueaba el paso – te quiero fuera de aquí ahora


Lance se encontraba con una carpeta café en sus manos e intentaba hacerse paso para ingresar a La Caverna, había elegido ir ahí a mediodía porque sentía que la posibilidad de encontrarse con Ash era mucho mayor para entonces, pero no contó con que el guardia no le dejaría entrar. Luego de lo que él intentó hacerle a Ash, Mark decidió que el puercoespín quedaría vetado permanentemente del club, y le había instruido a todos los guardias que trabajaban ahí que le prohibieran el acceso, algo completamente fácil para ellos, sabiendo que Lance no les llegaba ni siquiera a la mitad de la estatura.

- Solo entraré y saldré rápido – insistió una vez más intentando pasar junto a él – es para dejarle algunas cosas que olvidó


Intentó rodearlo, pero se vio rápidamente detenido por ese enorme gorila, quien sin ningún esfuerzo lo sostuvo de uno de sus brazos, levantándolo del suelo y acercándolo a su rostro.

- Si sigues insistiendo, te lanzaré de cara contra el suelo y luego te arrojaré al basurero – le dijo al aterrorizado puercoespín - ¿Entiendes?

- S... sí – respondió Lance, quien se encontraba sujetado por ese gorila a tal vez un metro del piso – está bien... me iré

- Eso quería oír – respondió, arrojándolo un par de metros de él – entonces hazlo tú mismo antes que tenga que hacerlo yo


Lance cayó pesadamente al suelo, su mano cayendo sobre la carpeta que aún conservaba en sus manos.

- ¿... y ese mono que se cree? – murmuró con frustración mientras se levantaba y comenzaba a alejarse trastabillando


Se sacudió el polvo de la caída y comenzó a caminar en dirección opuesta.


Luego de que intentó propasarse con Ash, y luego de que ella lograra escapar de su apartamento, no pudo volver a contactarse con ella, y muy comprensiblemente, ella no hubiera querido que pasara, y lo más probable era que lo amenazaría con llamar a la policía si lo intentaba. Al despertarse luego de aquella borrachera recordó todo lo que había pasado, y aunque eso hubiera destruido completamente las posibilidades efímeras de que hubiera podido regresar, lo menos que podía hacer era regresarle las hojas con las letras a Ash e intentar disculparse con ella, pero no esperaba que le hubieran prohibido el ingreso al club. Aunque sin saberlo, ya para aquel instante debiera haberse considerado afortunado, debido a que los guardias solo tenían instruido negarle el acceso, aunque ninguno supo la razón del por qué; de haber sabido que Lance estaba vetado por intentar propasarse con Ash, lo más probable era que ese gorila le hubiera dado una buena paliza.


Sin embargo, y mientras se alejaba de La Caverna, Lance decidió no intentarlo más; si es que Ash hubiera querido sus canciones de vuelta, habría ido al apartamento o por lo menos lo hubiera llamado. Según él, ya no era culpa suya que Ash ya no estuviera interesada en contestar. Al pasar por un basurero junto a una estación de autobuses, se acercó a él, enrolló la carpeta con sus manos, la dobló y la arrojó dentro.

- Que haga lo que quiera – susurró mientras se alejaba de ahí y se dirigía de regreso a su apartamento

-            Que haga lo que quiera – susurró mientras se alejaba de ahí y se dirigía de regreso a su apartamento

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Sing: Ash y Johnny, un amor a pruebaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora