Kim Jisoo es una chica de ciudad, siempre siguiendo las nuevas tendencias, hija menor de Kim Chanyeol, popular en su escuela por su belleza e inteligencia, tiene la vida que toda adolescente promedio quisiera tener, hasta que su padre pierde su trab...
-Ves que no fue tan malo.-Dijo Eun, dejó las compras en la mesa del comedor y regresa al pasillo de la entrada.-Bueno, ignorando que te estrellaste con una chica y que caíste en un gran charco de agua sucia, no fue tan malo.
Jisoo no hizo más que darle una mirada molesta, mientras apretujaba su cabello para escurrirle el agua sucia.
La señora Choi salió de la sala y se encontró con ambas mujeres en el pasillo, reprimiendo una risa al ver a la menor toda empapada. Pero sin hacer preguntas, va a la cocina a ya preparar el desayuno.
-Quiero bañarme. Ahora.-Dijo, sin poder evitar que su tono saliese demandante. Ya está lo suficientemente irritada como para pasar un minuto más en ese estado que, para ella, era repulsivo.
Eun ya estaba bastante acostumbrada a ese lado de la peli negra, sabe que ella es una persona de poca paciencia y le irritan las cosas que se salen de su rutina. Y estar toda sucia y desarreglada, era una de las tantas cosas que odia.
-Tal vez el baño no esté tan mal.
Error. Si está mal. Lo pudieron apreciar con sus propios ojos al ya estar en el piso de arriba, luego de haber pasado por esas horribles escaleras (que por suerte no se había roto ningún escalón).
Se puede decir que tanto la ducha como el retrete, si están en estado de poder usarse, ignorando la suciedad, el no tan agradable olor que emergía, y (para desgracia de Jisoo) la maldita rata muerta en el piso de la ducha. Lo que si necesita la ayuda de algún plomero, es el lavabo, que tiene la tubería dañada y que si se habría el grifo, toda el agua salía dispersa.
-Yo podría arreglarlo.-Chanyeol está de cuclillas inspeccionando la tubería dañada.
-¿Tú?-Pregunta Eun, haciendo una mueca pero volviendo a poner su cara seria cuando Chanyeol la voltea ver.-Digo-no tienes las herramienta necesarias.
El mayor se levanta y va hacia su pareja.-Si, lo sé.-Mete las manos en los bolsillos de su pijama y mira el lavabo roto.-Podríamos pedirle herramientas a algún vecino.
-Ni piensen que esta vez iré yo.-Interrumpe Jisoo.-Ya he pasado suficientes humillaciones por hoy.
-No te preocupes, hija. Iré yo.
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-¡Roseanne Park, baja de inmediato!
Rosé aprieta sus labios y ojos al escuchar el llamado de su madre, preguntándose qué hizo ahora como para enojar a la mayor.
Lentamente, se levanta de la acera del patio trasero, donde está el pequeño huerto. Casi como si temiera a hacer ruido, entra en la cocina donde está Yongsun esperándola con los brazos cruzados sobre su pecho y con una cara seria.
-¿Qué pasa?-Preguntó, casi en un susurro.
-Lo qué pasa, es que tú, jovencita, no quisiste participar en un proyecto de ciencias y perdiste la nota que daba ese trabajo.-Habló con un tono notoriamente molesto. Se notaba que estaba haciendo un esfuerzo para no asfixiar a la rubia ahí mismo.-Y resulta que la prueba que hiciste hace unos tres días, era una prueba para recuperar los puntos perdidos de aquel proyecto. Prueba que también reprobaste con una nota bajísima.