PRÓLOGO 🎄

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La vista siempre era pulcramente nívea y todos los días era navidad. Cualquiera que viviese en el Polo Norte no podría quejarse demasiado. Ni siquiera por el frío. Sin embargo, JungKook estaba cansado y un tanto frustrado por estar siempre en el mismo lugar, con las mismas cosas por atender y rodeado de toda esa nieve blanca llena de monotonía.

Necesitaba salir.

Necesitaba ser libre.

Y tal vez necesitaba enamorarse alguna vez en su vida inmortal.

El llamado a su puerta lo sacó de sus pensamientos. Tal vez era TaeHyung quien le mostraría algún juguete nuevo o quizá...

—JungKook, tu padre te llama.

Era HoSeok, ayudante y mano derecha de Santa. A veces molesto, fastidioso, arrogante, pero también era buen amigo.

Sabía perfectamente para qué lo buscaba su padre, así que, con un suspiro lleno de resignación, se transportó hacia la fábrica de juguetes que era donde Santa pasaba la mayor parte del tiempo. Entró a su oficina inhalando el fuerte aroma a chocolate caliente y se sentó frente a su escritorio donde TaeYang, su padre y Santa Claus para todos, estaba leyendo cartas como un rayo desquiciado. Cuando éste notó su presencia le sonrió contento, como siempre solía hacer cada vez que se acercaba navidad en la tierra.

—Querido hijo, gracias por venir.

La sonrisa de TaeYang era perfecta. Y él no era como lo describían las personas. No era un señor gordito y barbón, esa era la forma humana que adquiría para el consumo de los mortales. Realmente era guapo; alto, cabello blanco como la nieve, de piel ligeramente morena y con cuerpo escultural. Cualquiera podría enamorarse de Santa Claus.

— ¿En qué puedo ayudarte, padre? —preguntó, muy consciente de lo que iba a pedirle.

— ¡La navidad, hijo!—le habló con emoción— ¡Mañana es navidad! —exclamó entre risas, mismas que se apagaron cuando vio el semblante serio de JungKook—Sigues siendo igual de insensible, pero bueno—manoteó y luego continuó—Este año te concederé el honor de ayudarme en la entrega de regalos navideños. Como mi sucesor, debo entrenarte para que, cuando tengas que ocupar mi lugar, estés cien por ciento listo.

Lo sabía.

Ya sabía que le diría eso y era inconcebible. JungKook no quería pasar su vida inmortal repartiendo regalos en todo el mundo, leyendo cartas durante un año completo y repitiendo lo mismo cada segundo que pase. La vida monótona y la navidad eterna del Polo Norte lo estaban destruyendo de poco en poco. Mucho de algo también hace daño y eso era lo que le estaba pasando.

— ¿Por qué no estás feliz? —TaeYang lo miró con seriedad y cruzó los brazos—Esperaba que saltaras de la emoción, esto es por lo que has esperado veintisiete años eternos. Dime...—lo miró con cautela— ¿qué sucede?

Esta era su oportunidad. Había llegado la hora de decirle a su padre todo lo que ha llevado en su corazón y que lo estaba atormentando día con día.

—Padre—suspiró y lo miró expectante— ¿no estás cansado de hacer lo mismo todos los días y de emocionarte por la navidad cuando aquí siempre estamos en esa época?

—La verdad no—respondió sin pensarlo—Tu abuelo, el viejo Santa Claus, me entrenó para esto; para amar la navidad y para fabricar regalos para los niños del mundo. Y tú, como mi hijo mayor...

—Debo hacerlo también, lo sé—lo interrumpió—Pero piénsalo un poco... incluso el abuelo estaba cansado, tanto, que te cedió el lugar a ti y luego... se marchó... por cierto ¿a dónde se fue?

—Está por ahí... en algún lugar del Polo Norte—habló con duda, algo que no pasó desapercibido para JungKook— ¿Qué me quieres decir con todo esto, hijo? —lo miró serio.

El menor tomó aire y trató de buscar las palabras correctas, mismas que no alteraran a su padre, no en vísperas de navidad en el mundo de los mortales.

—El asunto es así y espero que puedas entenderme—suspiró y lo miró con un poco de temor—Cumpliré con la misión de repartir los regalos este año, pero quiero que sepas que eso no es lo que quiero hacer para toda mi vida inmortal. Yo pienso que el indicado para tomar tu puesto es TaeHyung, mi hermano. A él sí le gusta la navidad. Y yo estoy cansado de todo esto— hizo una pausa y se inclinó sobre el escritorio para mirarlo con ojos de cachorro—Padre... yo no quiero ser el siguiente Santa Claus... yo quiero tener una vida normal.

Se hizo un largo silencio, uno donde TaeYang miraba con un rostro inescrutable a su hijo mayor. Estaba procesando las palabras dichas por éste y unas cuantas cosas que había en su cabeza. Esto era algo que no se esperaba.

—Me gusta la navidad, padre, pero sólo cuando sucede una vez al año— retomó el peliblanco menor—Quisiera... quisiera ceder mi lugar a TaeHyung—hizo otra pausa— Por favor... dime qué opinas. 

 

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Una historia muy cliché que espero les sirva de curita para su alma ahora que estamos a unas horas de que Nam y Tae entren al SM :(

La historia es corta, máximo 8 caps.

Espero que sea de su agrado. Actualizo la semana que viene.

Hasta entonces, comenten, voten y disfruten. 

Las tkm!!!!

Christmas Love (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora