TRES 🎄

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La fría rutina del Polo Norte le estaba consumiendo. Había días en los que quería gritarles a todos que no estaba dispuesto a asumir ese rol de Santa Claus. Su padre se había vuelto el doble de estricto y lo llevaba con él a la fábrica de juguetes casi todos los días. Pero hoy sentía que ya no lo soportaría más.

Su collar no había parado de iluminarse a cada rato, pero sentía que no era simplemente que JiMin estuviese pensando en él, más bien lo sentía como un llamado desesperado desde la tierra. Y su alma estaba igual, sentía que si pasaba un día más viendo como fabricaban juguetes y escuchando las risas emocionadas de su padre colapsaría en cualquier momento.

Ha extrañado mucho a JiMin desde que volvió al Polo Norte. Su vida cambió desde que lo vio y pudo probar sus labios y su cuerpo. La calidez de aquel día no era algo que pudiese encontrar en este lugar. Sentía que no estaba viviendo y también sentía que no hacía lo suficiente. Pensó que tal vez sí podría regresar el año siguiente y quedarse en la tierra, pero después pensó que un año es demasiado tiempo; muchas cosas podían suceder, ¿qué pasaría si pronto JiMin conoce a alguien más? ¿Qué pasará cuando su collar deje de encenderse? No podrá soportarlo, porque de verdad desarrolló sentimientos por el castaño.

Hoy despertó muy dispuesto a todo. Un mes fue demasiada tortura para él y ya no quiere pasar ni un maldito segundo más en la incertidumbre de saber si existe una solución, pero primero necesita hacer algo. Necesita hablar con su padre.

Cuando entró a la oficina de Santa Claus lo vio sentado en su escritorio y dibujando en un cuaderno. Seguramente estaba diseñando más juguetes y puede entenderlo, porque también disfruta de hacer eso... es lo único que le gusta. Sin embargo, era momento de enfrentar la situación en la que vive y de luchar por lo que anhela.

—Padre, necesito hablar contigo—le dijo sin más y se sentó frente a él.

—Oh, JungKook-ah, qué bueno que estás aquí—respondió ignorando la petición de su hijo—Tengo nuevos juguetes y hoy mismo me acompañarás a la fábrica para que empiecen a hacerlos.

— ¿Escuchaste lo que te dije? —lo miró ansioso.

—Ya sé de qué me vas a hablar y mi respuesta es no...

— ¿Podrías escucharme? —lo interrumpió y dio un leve golpe sobre el escritorio—Esto es importante, incluso más que la navidad. ¿Acaso no te preocupa cómo siento adquiriendo una responsabilidad que yo no quiero?

—Eres mi hijo mayor, JungKook y es tu deber...

—Discúlpame, pero yo no pedí ser tu hijo—refutó, esta vez ya no iba a tener compasión—No es justo que sólo me hayas traído aquí para tu beneficio. ¿No crees que es un poco egoísta de tu parte?

— ¿Egoísta yo? —lo miró anonadado—Es más egoísta de tu parte saber que tienes que cumplir con un deber y aun así te rehúses a hacerlo. El mundo te necesita, JungKook.

— ¿Al menos podrías preguntarme qué es lo que necesito yo?

TaeYang se acomodó en su asintió y miró detenidamente a su hijo. Desde la navidad ha notado que está más distraído de lo normal. Incluso lo encontró sobre el techo de su cabaña mirando al cielo y quizá pensando en algo. Por un momento consideró abrirse a nuevas posibilidades, pero pensar en que JungKook desaparecerá con el tiempo le aterra, porque es su hijo y lo ama demasiado. Así que al final vuelve a la misma conclusión de siempre, olvidando que TaeHyung es un afectado más de su renuencia.

El silencio se prolongó por todos los rincones de la oficina de Santa Claus. Eso no era una buena señal. JungKook no quería contar exactamente todo, pero se dio cuenta que era necesario, quizá, para que pueda pensarlo. De cualquier forma se enterará tarde o temprano.

Christmas Love (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora