Capítulo 8: "El Control del Hacker"
Justo cuando Clarence estaba tratando de pensar en un plan, su teléfono comenzó a actuar de manera extraña. Las aplicaciones se abrían y cerraban por sí solas, los mensajes se enviaban sin su permiso, y su teléfono parecía tener vida propia.
Pronto, Clarence se dio cuenta de lo que estaba pasando: el hacker estaba controlando su teléfono. Y lo que era peor, estaba usando su teléfono para cometer acciones ilegales.
Clarence vio con horror cómo su teléfono enviaba mensajes amenazantes, realizaba compras ilegales y descargaba contenido inapropiado. Trató de detenerlo, de apagar su teléfono, pero nada funcionaba. El hacker tenía el control total.
Clarence se sintió impotente. No solo estaba siendo acusado de crímenes que no había cometido, sino que ahora estaba viendo cómo esos crímenes se cometían en su nombre. Y no había nada que pudiera hacer al respecto.
Esa noche, Clarence se acostó en su cama, mirando su teléfono con miedo. Sabía que tenía que encontrar una manera de detener al hacker, de limpiar su nombre. Pero con cada minuto que pasaba, la situación parecía empeorar.