Muñeco Pierrot

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Todo comienza en un antiguo bazar, el que una vez fue el más popular y visitado de la ciudad.
Como suele suceder el avance tecnológico, cobra la vida de locales que no pueden adaptarse al progreso, sin embargo ese bazar contenía objetos bastante interesantes e inusuales. Que lograban captar la atención de las personas.
A decir verdad existe una antigua leyenda, en la cual se dice, los objetos encontrados en ese lugar son mágicos.
Claro que las nuevas generaciones, no creian esa  historia, son cuentos para niños, oh esa era su ideología.

Una tarde al salir de la escuela, tres jovencitas decidieron entrar a ese misterioso bazar. Con la esperanza de encontrar algo interesante.

-Oye Gumi, ¿estás segura que estamos en el lugar indicado?- cuestiono una jovencita delgada, de piel blanca, ojos azules y con dos largas coletas.

-No tengo la menor duda de eso Miku.- Afirmo una simpática y enérgica chica delgada, piel clara, de cabello y ojos verdes.

-Más vale que sea verdad, no quiero desperdiciar mi precioso tiempo en una tienda como esta.- expreso una chica alta, delgada, piel blanca, ojos amarillos y con una enorme cabellera rubia atada a una coleta de lado.

-No te preocupes Neru, será todo muy interesante.

Y así pues esas jovencitas, comenzaron a buscar algo que les gustara. Entre libros antiguos, pulseras, ropa, cada vez se adentraban más a los pasillos de ese amplio establecimiento.

Gumi no podía estar más animada, ella realmente amaba este lugar, mientras que Neru miraba todo con fastidio, con la firme esperanza de irse y no regresar. Por otro lado Miku observaba los objetos de aquel bazar con gran interés. Era la primera vez que estaba en ese tipo de lugar y por algún motivo tenía la sensación de estar en el lugar indicado.

Hubo un pasillo que llamo particularmente su atención, en este habían figuras de porcelana, vidrio, madera y plástico.

Miku se encontró con un antiguo muñeco pierrot de porcelana, el cual vestía un traje bastante estrafalario rojo, amarillo y naranja, decorado con pequeños cascabeles, complementando su atuendo con unos zapatitos puntiagudos.

Con sumo cuidado lo sostuvo entre sus manos, observándolo con gran detalle. Era un muñeco tan hermoso, se podía apreciar el amor y la paciencia con la que fue realizado. Lo que más llamo su atención fue su máscara blanca, era la cara de un payaso con un rombo negro en la mejilla izquierda. Tenía dibujada una bonita sonrisa feliz, era agradable verla.

Justo cuando Miku, le iba a retirar la máscara, sus compañeras le avisaron que era hora de ir a casa. Por lo que se llevó a ese simpático muñeco.

-Lo lamento chicas no he podido encontrar nada interesante.- expreso Gumi, disculpándose con sus amigas.

-Ya te lo había dicho, pero no me escuchas.- dijo Neru, haciendo un infantil gesto.

-Yo encontré algo muy interesante.- dijo Miku con una enorme sonrisa en sus labios, mostrándoles el muñeco que sostenía entre sus brazos.

- No tienes buenos gustos amiga.- sosteniendo el muñeco con la punta de sus dedos, como si se tratara de algo extraño.

- Eso no es verdad Neru, es lindo a su manera, pero bueno. ¿Lo compraras?

-Si.- mostrando una cálida sonrisa, para después abrazar a ese pequeño Pierrot.- No quiero separarme de él.

Miku se dirigió a pagar por su compra, cuando el dueño del bazar que ya era un adulto mayor converso con ella.

- Oh señorita, usted tiene buen gusto. Sabe, ese muñeco es tan antiguo como este bazar.

-Eso es fascinante, aun no sé porque, pero por algún motivo este pierrot ha llamado mi atención.

Melodía de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora