Una cálida sonrisa

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Todo comenzó en la academia Vocaloid, una institución destinada a formar músicos, cantantes y compositores alta mente reconocida.

Se dice que por su prestigio académico y fama que se ha ganado con el pasar del tiempo, es sumamente complicado ingresar. Puesto que solo a los músicos prodigio, se les permite el acceso.

Para la pequeña Hatsune Miku, entrar a la academia Vocaloid, fue tan fácil como cantar una melodía de amor.

Al verse en el espejo, ella quedo fascinada con su uniforme, una falda negra, medias que le llegaban a mitad de su pierna, camisa blanca, moño negro saco negro con detalles blancos y unas hermosas zapatillas. Lo que más le encantaba de su uniforme era el prendedor de clave de sol, un detalle elegante y refinado.

Miku estaba lista, para el momento de la verdad. Lo primero por hacer seria encontrar la dirección, una tarea nada sencilla. Especialmente considerando que ese instituto era enorme, había numerosas áreas verdes, flores, aulas, cafeterías, estudios de grabación, salas de recital; entre otros salones.

Una campanilla comenzó a sonar, acto seguido todos los estudiantes se apresuraban en llegar a sus respectivos salones., La joven Hatsune, pensó que sería su oportunidad para saber la ubicación de la dirección... pero sin importar lo mucho que lo intento, no le prestaron atención pues eso significaba llegar tarde.

Era una situación muy frustrante para ella, Pensó estaba sola, cuando al mirar hacia adelante, observo a lo lejos a un chico, bajo un árbol de cerezo.

Sus uniformes eran bastantes parecidos, excepto que el pantalón era negro al igual que su corbata. Él era un chico bastante atractivo, su cabello era rubio, atado con una liga, sus pestañas eran muy largas. Su rostro era tan angelical durmiendo.

Pétalos de rosados comenzaron a caer, depositándose algunos en la cabeza de ese chico. A Miku le pareció un buen acto quitárselos. Delicadamente tomo uno de los pétalos, cuando siente como una de sus manos es tomada por alguien.

-¿Qué se supone estás haciendo?- dijo el chico que hasta ahora estaba durmiendo.

-¡¿Eh?!- sorprendida al ser descubierta en la escena del crimen, por lo tanto debía decir algo que respaldara sus acciones.- Lamento si te desperté es solo que tenias pétalos en tu hermoso cabello y no pude evitar quitarlos.

-Seguro... gracias supongo.- expreso, sin prestarle mucha atención a sus palabras. Tomando sus cosas al darse cuenta que ya no había nadie.

-Espera por favor.- reteniéndolo del saco.

-¿Qué es lo que pasa?.- Mirándola con fastidio.

-Lamento si te molesto... es mi primer día en esta escuela y me preguntaba si...

Pero no termino de hablar por la expresión molesta de ese joven. Expresión que comenzó a cambiar por una más amable.

-No hay problema yo te guiare.

Después de hablar con el director, un hombre serio, educado y con una habilidad sobre humana para reconocer talento musical, el prefecto le indico el camino para su aula.

-Chicos este día tenemos a una nueva estudiante.- Dijo una maestra con una larga cabellera rosada y ojos celeste.- Vamos preséntate.

-Soy Hatsune Miku.- sonriendo tímidamente a sus compañeros.- Espero que nos llevemos bien.

- Es muy linda.

-Su cabello es tan largo y bonito.

-¿Tendrá novio?

Eran algunos de los comentarios más escuchados en el aula dos del primer grado de preparatoria.

-Señorita Hatsune, su lugar será junto al joven Kagamine, es decir el niño rubio dormido.

Melodía de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora