Capítulo 2

145 15 8
                                    

BARBARA:

¿Desperté?, seguramente cuando mueres Dios o quien sea te da la oportunidad de ver a tus seres amados de nuevo.

-Temía tanto que no despertaras.-siento como acaricia mi rostro.

Esto no puede ser real.

‐¡Eustaquia!.-¿Que esta pasando?.

-Si dígame don Santos.-veo a mi viejita linda de nuevo pero ya no está vestida de blanco.-¡Mi niña al fin despertaste!.-se acerca a mi por mi otro costado.

-¡¡LOS REBULLONES VOLVIERON!!.-escucho la voz de Juan Primito.

Todo es muy confuso, observo todo a mi alrededor parece que estoy en el Miedo, en mi habitación. Mi cuerpo se siente débil, yo estaba cansada pero no a este punto. Bajo mi mirada hasta mis manos... Las muñecas las tengo vendadas.

-¿Por que no reacciona don Santos?.

-Debe estar asimilando todo. Barbara mírame, necesito que me digas como te sientes.

-¿Que... que m-me paso?.

-Te fuiste de la iglesia corriendo, yo fui detrás tuyo, tus hombres, Antonio y yo empezamos a buscarte, luego yo te encontré llena de sangre cerca del río. Necesito que me digas que fue lo que pasó.

 Necesito que me digas que fue lo que pasó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esto me recuerda a... a la vez que el Chepo me atacó.

No entiendo, Eustaquia estaba muerta, el Sapo la mató, yo me fui... sola. Santos se quedó Marisela, no los volví a ver por 10 años y ahora.

Has regresado al pasado Barbara, puedes cambiar tu destino.

Una voz femenina que no reconozco me habla.

¿Regresé al pasado?.-le pregunto.

Tupa te ha dado la oportunidad de vivir de nuevo, ya sabes las consecuencias de tus acciones... es tu decisión si las cambias o repites el mismo patrón.

-Quiero hablar con Eustaquia, a solas.-le pido, el asiente y se retira en completo silencio.-Abrazame viejita linda.-me envuelve en sus brazos, se siente tan cálido, tan bonito.-Abrázame fuerte, muy fuerte más fuerte que nunca. Siempre abrazame.

-Mi niña, pensé que te perdería.-mis ojos se llenan de lágrimas.

-Te amo, mamá.-me aferro mas a su cuerpo.-No sabes cuanto te extrañé, te amo nunca lo olvides.

-Yo también te amo Barbarita.

Como puedo me incorporo para sentarme, aunque me siento débil no me siento como aquella vez.

-Quiero contarte algo pero no sé si tu vas a creerme.

-Dime que es mi niña.

-No se como empezar... ¿Tu crees en la reencarnación?.

Doña Barbara: vínculos de fuego y sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora