Capitulo 10

161 14 13
                                    

BARBARA:

-¿Disfrutar mi compañía?.-pregunta dudosa.

-Nada me gustaría mas que estar contigo lo que resta de día.

-¿Por que?, ¿por que hace todo esto?.

-Creí habértelo dicho antes, porque me importas tu, quiero estar cerca de ti. Quiero que podamos disfrutar como si tuviéramos una relación madre hija normal, esta vez estoy siendo sincera contigo.

-¿Cómo puedo estar segura?, ¿como se que no es una trampa suya?.

-Entiendo tu miedo, se que te he lastimado muchas veces.

-Me has engañado una y otra vez y yo como una tonta vuelvo a caer.

Recuerdo sus palabras.

Esta vez no hay engaño mi amor.

-Ven conmigo.-Camino unos pasos hasta ella, tomo su mano derecha y empezamos a caminar juntas hasta el parque. Al llegar nos sentamos en una banca, nos limitamos a observar todo en silencio, no se que decir, con que palabras empezar, desearía que la conversación simplemente fluyera.

-A veces me pregunto como hubiera sido mi vida si mis padres fueran como los de esa niña.-observo en la dirección que ella ve, hay una pareja feliz y sonriente jugando con lo que parece ser su hija, una pequeña niña de 4 o 5 años de edad, los 3 corren y juegan por todas partes, después de un rato se detienen, la mamá abraza a su hija y le da muchos besos en el rostro, la niña no hace más que reír a carcajadas mientras que el papá las observa con una sonrisa en el rostro.

Me duele pensar que ella no pudo vivir eso, que por mi culpa su niñez no estuvo llena de risas y de felicidad, que ninguno de sus padres estuvo ahí para ella.

-De pequeña siempre me preguntaba ¿porque mi mamá no me quería?, ¿que había mal en mi para que ella me rechazará?, ¿por que me odia?.

-Yo no te odio.

-Esas no fueron sus palabras. Te concebi con asco y te parí con odio.

No hay nada que pueda decir, simplemente no puedo cambiar el pasado, esas fueron mis palabras y tengo que asumir las consecuencias de mis actos.

-Nunca habrán palabras suficientes para pedirte perdón por todo el daño que te he hecho, he sido muy cruel contigo. Tu no merecías vivir lo que te tocó, yo no tenia derecho a quitarte tu infancia a....

-Por favor no siga.-sus ojos se llenan de lágrimas que ella contiene, siento como un nudo se forma en mi garganta.

Nunca antes fui tan consciente del daño que le hice a mi hija como lo soy ahora.

-¿Crees que algún día puedas perdonarme?.

No hay palabras solo silencio, después de unos minutos ella decide hablar.

-Quería agradecerle por lo que hizo por mi tía Cecilia y Antonio, ella me lo contó todo.

-No tienes porque agradecermelo, lo hice porque me sentí en deuda con ellos.

-Se equivoca, si tengo porque agradecerle, lo que le hagan a mi tía Cecilia es como si me lo hicieran a mi.

-¿La quieres mucho, verdad?.

-Como si fuera mi madre, eso ha sido ella para mi, una madre.

-Para tu desgracia te tocó una madre como yo.

-Muy para mi desgracia, ¿pero sabe algo?, a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotras yo siempre la he admirado. Mientras estaba en la chusmita yo la observaba montar a caballo, me sentía tan chiquita y diminuta, me deleitaba ver su fuerza, ese temple que hacía temblar a todos, incluso a mi.-dejó salir una pequeña sonrisa, esta conversación me recuerda a la última vez que nos vimos, nunca el tiempo me había dolido tanto como en ese momento, jamás podré perdonarme por desperdiciar tantos años de mi vida lejos de ella.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 24 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Doña Barbara: vínculos de fuego y sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora