Capítulo 3

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SANTOS:

-"Vete Santos y nunca regreses", fueron las últimas palabras que Barbara me dijo.- estoy sentado en mi despacho con Antonio, el escucha atento a todo lo que le digo.-Estoy desconcertado no entiendo su actitud. Ella todo este tiempo armo el circo ese que tenia con el mequetrefe del Quitadolores para llamar mi atención, para que ella y yo estuviéramos juntos y ahora que yo quise o mejor dicho intente hablarle de mis sentimientos ella no me dejó simplemente me alejó de ella.

-¿No será que esta es una nueva artimaña para atraparte?.

-¡Por favor Antonio!, no te estoy diciendo que me rechazó, me alejó de su vida.

-¿Que fue lo que exactamente te dijo?.

-No se ni por donde empezar.-bebo un poco del ron que Antonio trajo, lo necesito en verdad lo necesito.-Cuando me acerque a ella para hablarle de mis sentimientos y pedirle que nos diéramos una oportunidad ella me dijo que no necesitaba que la amarán por lástima. Yo trate de explicarle que lo que yo siento por ella no es lástima pero ella no me dejó. Me dijo que somos como 2 enemigos naturales que están destinados a pelear entre ellos, que la mujer de mi vida está muy cerca de mi más cerca de lo que yo creo pero que esa mujer no era ella. Me dijo que quería que yo fuera feliz y que ella también quería serlo pero que esa felicidad no lo tendríamos al lado del otro. Sus palabras me dolieron Antonio.

-¿A quien se habrá referido?.

-Yo que se, en estas tierras no hay ninguna otra mujer que me interese a parte de ella. No entiendo que quiso decir con eso.

-Bueno en la parte que dijo que ustedes son como enemigos naturales le doy toda la razón, mientras tu piensas en blanco, ella piensa en negro, no recuerdo una sola vez que ustedes no hayan discutido.

-Yo lo sé Antonio, se que Barbara y yo somos muy diferentes, vemos el mundo de una manera muy distinta más sin embargo eso no cambia mis sentimientos por ella.

-Entonces si es cierto eso que dicen, que los polos opuestos se atraen. ¿Santos tu estas seguro que la amas que estás enamorado de ella?, hasta hace poco me decías que no sentías nada por la Doña que ella no te interesaba.

-Soy consciente de lo que dije.-suspiro botando el aire contenido.-Déjame plantearte esta situación desde otra perspectiva a ver si me entiendes. Tu llegas conoces a una mujer muy hermosa, ella y tu empiezan a enfrentarse constantemente, poco a poco sientes una atracción por ella que no sabes como explicártelo a ti mismo. Esa fuerza que es como un imán que te atrae más hacia ella, es algo que no puedes evitar por más que trates, estar con ella se convierte en una adicción, una enfermedad de la que no tienes cura alguna, quieres sentir su piel junto a la tuya, sentir sus labios, besarla como si la vida se te fuera en ello, hacerle el amor hasta ver las estrellas, estar con ella sin que nada ni nadie más importe, cuando estas junto a esa mujer es como si el mundo se detuviera y son ustedes 2 las únicas personas en el planeta. Pero a su vez tu cabeza y tu corazón empiezan un debate interno, tu corazón te dice que vivas y sientas libremente sin ningún tipo de culpa o remordimiento mientras que tu cabeza te dice que sentir algo por esa mujer esta mal, que va en contra de todo lo que eres, de todo lo que luchas por cambiar. Te debates entre amarla u odiarla, porque con ella no hay términos medios, solo extremos o la amas con pasión o la odias con todas tus fuerzas, están tus deseos de hombre por estar con ella pero también tu conciencia que te dice que eso jamás sería posible. Todo este tiempo he tratado de darle la razón a mi cabeza y no a mi corazón, pero esto que siento por Barbara va más allá de cualquier compresión lógica, de mi civilización,  de mi mismo Antonio,  es algo de lo que no puedo escapar. Dime, ¿tu que harías en mi lugar?.

-Si yo amo a una mujer, estoy con ella sin importarme el resto del mundo, sin importarme lo que mi propia conciencia diga, simplemente me dedico a sentir y estar junto a ella. No podría alejarme de alguien que se volvió una necesidad para mí, la sola idea de separarme de esa persona me tortura la cabeza, pensar que otro puede llegar y quitármela por mí inconstancia me hace hervir la sangre. Yo entiendo perfectamente tu posición, se que lo que viviste por culpa de tu padre te marcó para siempre... a mi también, en este mismo lugar tu y yo fuimos testigos del final de José Luzardo. Entiendo que tu no quieres que se repitan los mismos ciclos de violencia que alguna vez se vivieron en Altamira pero debes entender que no puedes cambiar a todo el mundo, aquí las personas viven al rojo vivo, no se detienen a pensar solo a sentir, darle la razón a la cabeza no siempre significa que es la mejor opción, ni la que te llevará a la felicidad. Leí en un libro que decía que el único propósito del hombre era llegar a la felicidad, yo no te puedo decir como hacerlo porque ese camino es distinto para todos, pase lo que pase yo solo quiero que tu seas feliz, si la Doña piensa que junto a ella no lo serás es porque eso es lo que tu le has hecho sentir y pensar.-se pone en pie, toma su sombrero y se retira del recinto.

Doña Barbara: vínculos de fuego y sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora