Capitulo 8

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BARBARA:

Marisela es la mujer que amo, ella es mi luz, es mi salvación.

Tu amor es un abismo.

Yo amo a Marisela.

Marisela

Marisela

Marisela

Las palabras de Santos se repiten en mi mente una y otra vez, como si fueran una especie de tortura, lo fueron y lo seguirán siendo.

Yo amo a Marisela.

¡Ya lo sé!.

Se que ella es el amor de su vida, que la ama y es feliz junto a ella, tienen una vida y una familia feliz, todo lo que yo jamás pude tener.

Imágenes de ellos 2 juntos empiezan a llegar a mi mente, pero esta vez lo veo desde otra perspectiva, ellos 2 están ahí felices viviendo su amor mientras que yo estoy a unos metros de ellos... sola, como siempre. Con el corazón roto y la mirada llena de odio.

-Barbara.-escucho su voz, siento sus manos sobre mi cuerpo.

Empiezo a abrir los ojos despertando de ese sueño o más bien recuerdo.

Lo primero que veo es a él.... Santos.

Me tiene pegada a el.

-Estabas muy inquieta, como si estuvieras llorando.-trato de incorporarme pero el no me lo permite.

-Santos, por favor.-le pido, el finalmente accede y me suelta, me siento sobre la cama y el hace lo mismo, no dice nada solo me observa.

Al verlo en este momento siento que lo odio, lo odio porque nunca me amo como la ama a ella, lo odio con todo mi corazón por hacerme conocer lo que es el amor para luego irse y dejarme sola.

-¿Que tienes?, ¿por que me miras así?.-sus ojos muestran preocupación, acaricia mi pómulo con su dedo pulgar.

Su gesto me hace bajar la guardia, siempre fue así, a pesar de herirme, de lastimarme, en cuestión de segundos lograba que yo me olvidara de todo y quisiera correr a sus brazos.

Cuando me dejó, me quería morir, no le veía sentido a mi vida si él no estaba en ella, me tomo mucho tiempo y mucho dolor para comprender que si podía vivir sin él y sin su amor, un amor que no fue 100% mío, siempre tuve que compartir una parte con ella.

Viví 10 años sin el, 10 años donde aprendí a estar en paz conmigo misma, muy tarde pero aprendí a valorar lo que tenía y si tal vez si hubiera cambiado el jamás se hubiera ido pero el hubiera ya no importa.

-¿Según tu como te estoy mirando?.

-Como si me odiaras.

-Lo hago. Así como hay momentos en los que tu piensas que me amas hay momentos en los que piensas que me detestas. Odias todo lo que yo represento, la impunidad con la que yo cometo crímenes, lo soberbia y orgullosa que soy, te odias a ti mismo por sentir algo por mi, algo que ni tu mismo sabes, pero es algo que existe, te odias a ti mismo por ese sentimiento, porque va encontra de todo lo que defiendes, de todo lo que luchas por cambiar. Pero hay momentos en los que sientes que yo soy como una necesidad para ti, algo que necesitas para vivir. De esa misma forma hay momentos en los que yo te odio con todas mis fuerzas, te odio porque por tu amor hice todo, me humille, te ante puse a ti sobre mi, te entregue mi cuerpo, mi vida, mi alma y mi corazón, hice todo por ti y por tu amor para que al final nada valiera la pena, simplemente te fuiste, como siempre lo has hecho. Pero hay otros momentos donde te amo mas que a nada en el mundo, en los que sentí que eras la razón de mi vida, te escogí a ti sobre los demás, lastime a mi hija por estar contigo, escogí ser mujer antes que madre cuando debí hacer lo contrario, debí escogerla a ella.-asi como tu lo hiciste.-Y tienes razón, Marisela es un sol, es una mujer noble, llena de buenos sentimientos, es todo lo que yo no soy, es lo mas bonito que tengo.-algunas lágrimas caen de mi rostro.-Es por eso que tu y yo seremos buenos amigos, no quiero seguir en ese ciclo tóxico, de amor y odio, de mentiras y verdades. Yo soy quien soy, Santos y eso no se puede cambiar, soy una ladrona, una mentirosa y una asesina.-me pongo de pie y el hace lo mismo, tenemos la cama de por medio seprandonos, ¿quien diría que lo que una vez nos unió ahora nos separa?.-Yo le robe esta hacienda a Lorenzo, abandoné a mi propia hija, he sido cruel, déspota y egoísta, no puedo cambiar lo que he sido ni lo que he hecho. Es por eso que tu y yo jamás podremos estar juntos, porque tus dudas y tus temores no te dejaran vivir tranquilo, todas las noches te desvelaras pensando que yo te voy a hacer lo mismo, que cuando menos lo esperes te voy a clavar un puñal por la espalda.... Jamás lo voy a hacer, porque lastimarte a ti, es lastimarla a ella y lastimarme a mi misma.

Doña Barbara: vínculos de fuego y sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora