[Capítulo 8]

12 2 4
                                    

Seguimos caminando hasta que la noche se hizo oscura y densa y no tuvimos más remedio que detenernos a descansar. O tal vez solo fue que Caleb me vio muy agotado y decidió parar de caminar para que yo también lo hiciera.

Ahora estábamos sentados a la intemperie bajo un árbol. La temperatura había descendido, pero no demasiado y, por fortuna, no nos hacía falta calor. El cielo se había puesto tan oscuro que justo ahora me daba la impresión que ya jamás amanecería.

Tragué saliva y cerré los ojos. Me empecé a preguntar si las noches aquí duraban lo mismo que en nuestro mundo... Había tantas cosas que podían ser diferentes y, en este instante, todas ellas volaron a mis pensamientos.

—Lo siento —fue Caleb quien interrumpió mi momento de reflexión. Abrí los ojos y lo miré. Estábamos el uno junto al otro, mas había al menos un metro de distancia entre los dos.

Levanté una ceja.

—Ya lo habías dicho —bufé. Caleb hundió los hombros.

—No solo por haberte empujado —continuó, un tanto tímido. Solo por eso dejé que siguiera hablando—. Siento haberte traído aquí... Quería culparte de que estemos en este mundo, pero la realidad es que gracias a mí pasó todo esto. Jamás debí traerte a casa con mi familia ni molestarte... es cierto que te humillé y me comporté como una mierda de persona. En serio lo lamento. No te pido que me perdones... solo pensé que debías saberlo.

Vaya. Ese fue un desarrollo de persona demasiado veloz.

Y eso que era nuestra primera noche aquí.

Procesé en silencio sus palabras, mordiéndome el labio inferior con duda. Ya me había disculpado por haberlo provocado antes, así que asumí que no había necesidad de responder con otra disculpa. Dibujé una mueca en mi rostro y flexioné mis rodillas hasta apoyarlas contra mi pecho.

—No te voy a perdonar —coincidí, arrugando la frente—, pero supongo que podemos quedar en una tregua... Siempre y cuando no intentes matarme de nuevo.

—No soy un asesino, en serio —insistió Caleb—, te prometo que, hasta ahora, había sido una persona inofensiva...

—¿Inofensivamente me usaste a tu conveniencia?

Caleb enterró su rostro entre sus manos. Sin embargo, no dijo nada. Me alegré de que así fuese. Sabía que ninguna respuesta suya me habría hecho sentir mejor.

De todos modos, seguía sintiéndome como un idiota por haber creído en él.

Y me sentí aún más idiota porque, con su disculpa, mi corazón dio un vuelco.

Claro, idiota, te emocionas por algo que debió hacer desde el inicio.

.

Pasamos la noche en aquel sitio.

Y soñé con algo. Fue principalmente una sensación... un vacío y algo que me hizo pensar en la soledad.

Tardé en darme cuenta de que era un recuerdo.

El día que mi madre se fue.

¿Cómo no recordarlo? Yo tenía siete años y afuera hacía una ventisca fatal. Recordaba con precisión ese horrible día... Mi mamá no me había dicho nada. No dijo que se iría. Ni siquiera se despidió.

Discutió con mi padre, pero eso no era algo nuevo. Siempre discutía con él y salía de casa para perderse en la noche, mas siempre regresaba. Siempre volvía. Volvía por mí, y entonces me abrazaba en mi cama y me decía que no era mi culpa. Y yo siempre pensaba "Jamás pensé que fuera mi culpa... ¿por qué lo mencionas?".

Good As It Gets © [COMPLETA] [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora