[Capítulo 42]

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Cuando desperté, estaba en el hospital.

Y fue raro, porque no recordaba haberme desmayado.

Parpadeé varias veces y me limité a mirar el techo sobre mi cabeza, que era blanco, genérico y del cual colgaban lámparas que emitían una luz molesta que me encandilaban las retinas. Fruncí los ojos y miré a mi alrededor. Había una ventana a mi lado izquierdo que mostraba un cielo oscuro y una puerta del derecho. Todo estaba organizado, pulcro y... civilizado. Futurista si lo comparaba con Erason.

Eso me hizo recordar de golpe que había vuelto a mi mundo.

Me incorporé de un salto por la sorpresa y sentí mi cabeza punzar con intensidad en una respuesta inmediata, evidenciando que no estaba en la epítome de la salud. Mis labios se torcieron en una mueca y cerré los ojos por unos momentos; cuando volví a abrirlos, observé que alguien había entrado al cuarto. Era un policía que tenía la complexión robusta y una barba incipiente. Sus ojos pequeños me escanearon en silencio antes de decidir acercarse con una libreta y una pluma.

—¿Recuerdas lo que sucedió? —me preguntó con lentitud y cautela. Dio unos pasos en mi dirección y se detuvo al pie de la cama.

Me llevé la mano a la cabeza y traté de recordar cómo había llegado hasta ahí.

Y luego me golpeó la respuesta.

Cuando cruzamos la puerta, llegamos al centro de una plaza. Todo estaba lleno y repleto de gente. Causamos un gran escándalo por nuestra súbita aparición... Llegaron patrullas y policías y nos ¿arrestaron? Yo había estado demasiado agitado y nervioso, y luego me desmayé. Aquel hábito comenzaba a ser tedioso a estas alturas.

Miré al policía con duda, preguntándome qué tanto podía relevarle de todo eso. El policía pareció advertir el significado de mi mirada, pues carraspeó con la garganta y dijo:

—Descuida, puedes ser honesto conmigo. Somos del departamento mágico del cuerpo policíaco.

—Oh —eso me sorprendía por alguna razón, pero también me hizo sentir aliviado de saber que no tenía que lidiar con alguien que fácilmente podía enviarme a un psiquiatra por las cosas que habían pasado—. No recuerdo mucho... Llegamos a través de la puerta y luego había muchas patrullas y todo se volvió negro. O algo así.

El policía asintió con la cabeza.

—Ya solucionamos el asunto de la plaza —dijo—, nadie sabe que la puerta que se abrió fue un verdadero portal y sus identidades mágicas están a salvo. Sin embargo, queremos oír la historia completa. Ya comprobamos que naciste en este mundo, así que queremos entender cómo es que llegaste a otro.

Me mordí el labio inferior y decidí sincerarme. Parecía la mejor opción en este momento. Así que le conté sobre todo... Me reservé algunos detalles sobre el cómo había dado con la Esfera de los Deseos y le hablé mayormente de mi tiempo en Erason. También hice hincapié en que jamás tuve las intenciones de ir y el hecho de que pasé todo el tiempo buscando una forma de volver a casa. Resumí las etapas del Enfrentamiento de Magos y tampoco ahondé en la traición de Bailán... Cuando le conté sobre el secuestro, el policía se interesó.

—La mujer que venía contigo, Lucía según se identificó, también los mencionó —dijo.

—¿Hablaron con ella? —Lo miré con intensidad y duda, parpadeando varias veces—, ¿está bien? ¿Y qué hay de mi amigo...? Era una rata cuando lo trajimos.

El policía hizo una mueca.

—A tu amigo lo llevaron con unos magos terapeutas para hacerlo regresar a su estado humano —contestó—, tengo entendido que ahora se encuentra bien. Lucía también se encuentra en un estado físicamente estable... Sin embargo, yo pondría en duda lo demás.

Good As It Gets © [COMPLETA] [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora