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—Hyuk... —antes de poder hacer cualquier cosa, la voz de Sanha llamó la atención de todos—. Solo vámonos de aquí —le pidió, su tono de voz se escuchaba decaído. Minhyuk suspiró y tomó al castaño en brazos, lanzó una mirada cómplice hacia Myungjun y Dongmin, quienes no dudaron en asentir. Karina ya no sería algún problema en el futuro.

Caminó con Sanha en brazos hasta llegar a un pequeño parque cercano al hospital, él estaba seguro que lo que Sanha necesitaba en esos momentos era un poco de aire y tranquilidad, por lo que trató de tranquilizarse y así poder mandar sus feromonas hacía el atormentado omega del castaño.

Llegando al parque, se sentó en el césped verde y brillante por algunas gotas de rocío, habían estado varias horas fuera de casa, las luces tenues que iluminaban todo el parque dejaban un poco de privacidad, por lo que no soltó a Sanha en ningún momento y lo acurrucó un poco más cerca para así transmitirle confianza.

Recordó el día en el que había llegado a su vida, sus brillantes ojos color chocolate a contra luz, algo hinchados por haber estado llorando, sus ropas llenas de sangre y rastros de lágrimas sobre sus sucias mejillas.

—Todo es culpa mía... —suspiró el castaño rendido—. S-Si no hubiera que-querido ir... —sollozó y se refugió en el pecho del alfa.

—Ya, ya Sanhie, sabes que nada de eso es verdad —le dijo Minhyuk acariciando su cabello mientras le abrazaba con ternura—. Karina solo buscaba alguien a quien culpar y así no sentirse mal por haber estado entre la vida y la muerte, la gente como ella suele ser muy impulsiva y no saben lo que dicen.

—P-Pero... Antes... Ka-Karina... —trató de decir algo aún aturdido por la tormenta de emociones, sin embargo Minhyuk tomó su rostro con cuidado y lo hizo mirarlo a los ojos.

—Pero nada, tú no deberías dejar que eso te afecte, como he dicho antes, nadie sabe lo que sucederá, Jinwoo descubrió que el ataque fue ocasionado por culpa del dueño de gran parte de las atracciones, éste se había metido con la mafia China cuando la feria llegó a allá, antes de venir a Corea se compró una identidad falsa y pasó desapercibido, por desgracia para él, la mafia China no es alguien fácil de engañar —dijo mientras limpiaba con cuidado sus mejillas y Sanha lo miraba entre confundido y atónito.

Minhyuk sabía que no había sido una casualidad, todo parecía ser planeado, y no estaba equivocado, segundos después de que terminara la lluvia de balas, Jackson Wang, jefe de la mafia China, se comunicó rápidamente con él.

Jackson le explicó la situación en la que se encontraba, para que así, Minhyuk no pensara mal de sus intenciones y creyera que trataba de atacarlo a él, no quería que ambas mafias terminaran en un conflicto por culpa de un malentendido.

—Es decir que... ¿Todo fue una casualidad? —preguntó Sanha dejando de llorar un momento, concentrándose en lo que Minhyuk trataba de explicar.

—Si, todo fue una desafortunada casualidad que te toco volver a vivir —dijo suspirando.

—Si... —Sanha susurró sonriendo de manera leve y sin gracia. Así todo se envolvió en un silencio más tranquilo.

—Volviendo al tema principal, Karina no tenía que haberte tratado así, aún por más desafortunada haya sido la circunstancia —sintió su pecho vibrar por el leve gruñido que escapó al recordar las crueles palabras que le había gritado.

Sanha asintió, no podía hacer nada más, quizás Minhyuk se encargaría de hacer que Karina sea expulsada del colegio y así quitarle el problema de verla otra vez. Ya se había acostumbrado a los favores que le hacía el director al alfa.

Una vez ambos se tranquilizaron, decidieron que debían volver para ver que Kangmin estuviera bien, aunque fue más por decisión de Sanha que de Minhyuk. Llegaron al consultorio y un pequeño cachorro corrió hacia Sanha abrazándolo con fuerza. Minhyuk miró interrogante hacía el cuerpo del niño que se encontraba sollozando en las piernas del omega.

—Buenas noches —se acercó una joven omega con pintas de doctora saludando a Sanha —. ¿Usted es el padre del pequeño? —preguntó señalando al cachorro que se aferraba con fuerza.

—N-No... Podría decirse que soy un conocido reciente del pequeño —explicó mientras acariciaba la melena azabache del cachorro.

—Oh, entiendo, lo que sucede es que no hemos podido revisar el estado del pequeño, no ha dejado que nadie se le acerque, solo gruñe y trata de morder a los doctores —le comentó la doctora, Sanha y Minhyuk se sorprendieron.

—Así que quiere que le acompañe para que le hagan la revisión, ¿cierto? —preguntó Minhyuk al ver el rumbo de la conversación. La omega asintió con una pequeña sonrisa incómoda. Sanha le sonrió a Minhyuk para que no se preocupara y prometió volver en cuanto terminaran la revisión.

Sanha tomó al pequeño en brazos y lo llevó a la pequeña sala infantil que la omega había indicado. El omega trató de que el cachorro le soltara, pero él no quería, le apretaba con más fuerza y gruñía si alguien intentaba alejarlo.

—Pequeño —dijo suave Sanha sacando su instinto materno de omega para hacer que el niño le mirara, consiguiéndolo—. Los doctores necesitan revisar que todo se encuentra bien con tu cuerpo, así que deberás soltarme por un momento, uno pequeño, pero puedes tomar mi mano si tienes miedo —le sonrió con dulzura mientras le acariciaba su cabello.

El niño lo miró por unos instantes y después miró a la doctora quien sonreía amable, se lo pensó por unos instantes, después asintió levemente y tomó la mano de Sanha soltándose del abrazó en sus piernas.

—Genial, empecemos con algo sencillo, ¿cómo te llamas? —preguntó la omega acercándose a su computador.

—L-Lee Fe... L-Lee Felix... —dijo con voz entrecortada y muy baja. Toda la consulta Sanha tomó la mano del pequeño, quien solo soltaba pequeños quejidos y palabras entrecortadas.

—Muy bien, parece ser que solo hay una pequeña torcedura en la muñeca y su garganta lastimada, impidiéndole hablar bien, sin embargo, no es nada que con un poco de tiempo y tratamiento no se recupere —dijo la omega sonriendo y Sanha asintió.

Salieron del consultorio, el pequeño caminaba sosteniendo la mano del omega sin querer soltarlo.

—Hyuk, ya volvimos —dijo sonriéndole al alfa.

—Que bien, Kangmin fue dado de alta y ya todos se encuentran en la casa, solo faltamos nosotros —dijo mientras veía como Sanha volvía a sonreír mientras asentía—. Ah, y también... ¿Quién es él?
—preguntó sin quitar su sonrisa señalando al pequeño cuerpo que no se atrevía a mirarlo.

—Oh, él es Lee Felix, su madre murió en el atentado —dijo deprimiéndose un poco.

Minhyk asintió, sabía que la intención de Sanha era poder llevarlo con ellos, claro que, su casa no era un refugio para cachorros sin hogar, sin embargo, si eso hacía feliz a Sanha podrían cuidarlo unos días mientras buscaban a sus familiares.

—Vamos a casa, después hablaremos —le dijo y Sanha volvió a sonreír caminado detrás de Minhyuk junto al pequeño.


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El omega del alfa | Rocksan/SanhyukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora