BIANCA
Era sábado por la mañana y me encontraba en el manicomio de Reindu. Los guardias estaban vigilando la puerta, así que enseñé mi tarjeta de un solo uso. Ellos le hicieron un ligero corte en una esquina y me permitieron pasar. Me llevaron directamente a la habitación de Hugo. Él me miró con los ojos llenos de ilusión, parecía que realmente se había recuperado por completo.
-Hermanita, gracias por venir a visitarme –se alegró y como si fuera un niño, me enseñó un folio –Tenías razón.
-Sabía que la otra mano también te serviría para demostrar el talento que tienes –le acaricié el pelo encantada.
-Hace una semana que no he consumido ninguna droga –me confesó – Y mi mano buena está recuperando casi toda su movilidad.
-Eso es perfecto, la deuda finalizará pronto si continúas así –le animé.
- ¿Realmente crees que nos dejarán tener una vida normal algún día? –me preguntó algo triste –Lo siento, por mi culpa tu...
-Estoy aquí por decisión propia –le recordé –El jefe me ha dicho que, si se presenta cierta misión, la deuda acabará.
-Si ocurre de verdad, volveré a buscar trabajo y algún día, nos independizaremos –me aseguró–Puesto que ya no piensas en...
-Ese futuro será solo tuyo –le corté sutilmente –Todavía no he dejado de culparme.
-Estaré entonces encantado de quedarme encerrado para siempre si así vives –me miró fijamente.
-No bromees con eso –le pedí.
-Mereces ser feliz -me dijo mientras se despedía –Algún día, alguien perdonará nuestros pecados.
Por algún motivo, la primera oración me recordó a un engreído y no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa. Me habría encantado pasar la tarde entera con él, pero tenía que hacerles la compra a nuestros tíos. Así que lo abracé con fuerzas y le pedí que siguiera centrándose en curarse. También le pedí que practicara más esos dibujos tan perfectos que solo él sabía crear.
***
La quedada con Eric iba a empezar en unas horas, así que decidí ducharme por si había sudado. Elegí una ropa cómoda para lo que teníamos pensado. Esto no era una cita ni mucho menos, aunque María intentaba hacerme pensar lo contrario. Me despedí de mis tíos y acudí al lugar unos minutos antes. Él ya estaba esperándome con la sudadera de la última vez.
-Ternurita, tenía miedo de que me dejaras plantado –me saludó alegremente.
-Yo siempre cumplo lo que digo –le devolví el saludo y le choqué la mano amigablemente –¿No te entrará calor con esa sudadera en el área recreativa?
-Si eso ocurre, no temas ternurita –me acarició el cabello por un momento mientras me miraba a los ojos –Llevo una camiseta corta debajo, así que me la quitaría para que me puedas admirar.
-Si vamos a convivir, por favor no te pases de egocéntrico –bufé divertida.
-Creo que eso ya forma parte de mi belleza natural, ternurita –me respondió.
Me adelanté corriendo para llegar a la zona recreativa, él pareció captarlo como un reto puesto que cuando me descuidé, me terminó adelantando y se puso en medio de mi camino y nos chocamos, pero esta vez sin caernos.
-Te gané, ternurita –me sonrió divertido –Como en todo lo que vamos a jugar.
-Eso ya lo veremos, casanova –le respondí competitivamente.

ESTÁS LEYENDO
Te salvaré antes de morir
Dragoste~Holi Holi, soy Bianca y estoy encantada de conocer gente nueva, tal vez podríamos ser amigos. Aunque si os soy sincera, lo que nadie sabe sobre mí, es que cuanto termine cierta misión estoy decidida a acabar con mi existencia. O al menos esa era mi...