ERIC
-Me gustas –me dijo una chica que se había esperado a encontrarme en el patio – Sé que eres un ligón y que tienes una lista interminable de chicas para conquistar, pero me encantaría que comenzaras conmigo.
- ¿Estás diciendo... que te gustaría ser mi juguete? –le observé intrigado – Eso suena divertido –le miré pícaro.
- ¿De verdad? Entonces... ¿te gustaría salir conmigo? –me pidió con seguridad.
-No –la rechacé directamente –Dije que sonaba divertido, no que aceptaría hacerlo.
- Es por Bianca, ¿verdad? –concluyó en seguida –Hace tiempo que ya no la consideras un juego. Incluso has dejado de coquetear con todas por ella. Dime la verdad para que pueda olvidarte.
Me quedé en silencio esperando a que simplemente se marchara, era lo mejor. Quería contradecirla, negar que era por ella, pero estaba asustado. Tenía miedo de que cuando fuera a decírselo no me salieran las palabras, y me confirmara que realmente había dejado de ser un reto para mí. Ni si quiera yo sabía lo que sentía y esta chica pretendía adivinar mis pensamientos, prefería que pensara lo que quisiera.
-Cobarde –me golpeó en la cara antes de marcharse con las lágrimas en los ojos.
Sí, eso es lo que era. Probablemente no era la única persona que lo pensaba. Solo esperaba que esta conversación se difundiera para que las demás me ignoraran por completo. Al fin y al cabo, me temo que finalmente podía admitir que fui un auténtico imbécil la primera semana. Adrián se me acercó cuando la chica se había marchado y me dijo que mi mejilla parecía un tomate.
-Me alegro de que hayas decidido dejar el pasado atrás –me admitió – Espero que Bianca algún día se dé cuenta de que eres un tipo agradable debajo de esa coraza de egocéntrico.
Me callé nuevamente, prefería no admitir ni negar nada. Cuando finalizó el recreo y volvimos a nuestras respectivas clases, María y Bianca parecían un poco distantes. La primera vino en seguida a saludarnos, bueno más bien a Adrián, así que me acerqué a Bianca, quien ya me estaba mirando desde que habíamos entrado.
-Ternurita, ¿no me digas que has estado fijándote en mí? –le guiñé el ojo divertido –Cuando quieras un autógrafo o una foto juntos, te lo doy a cambio de un besito.
-Siempre estás igual, casanova –desvió la mirada un momento – Pronto, van a empezar a ser pareja –comentó de repente.
-Lo más seguro es que sí –contesté sin pensarlo demasiado –Espera un momento, ¿no me estabas mirando a mí?
- ¿Para qué tu ego suba hasta la estratosfera? No, gracias –se rio burlona.
-Ríete lo que quieras, pero si se hacen novios, nos tocara sentarnos muchas más veces juntos.
- ¡Qué emoción! –ironizó.
Cuando terminaron las clases, me puse detrás suya mientras bajábamos las escaleras. Bianca no había esperado a María y era una buena oportunidad para continuar molestándola. Bianca se detuvo en seco y me choqué con ella.
-Ternurita, si paras tan de repente podríamos caernos escaleras abajo –le regañé divertido.
-La culpa sería tuya, prácticamente estás a unos centímetros siguiendo mi ritmo a compás –se giró mientras me fruncía el ceño.
-Ah entiendo –y me coloqué a su lado y le cogí del brazo –Te molesta que vaya detrás de ti porque quieres que esté a tu ladito.
-Oye, ¿qué haces? –se intentó separar en vano –Yo no he dicho eso, creído.
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Te salvaré antes de morir
Romance~Holi Holi, soy Bianca y estoy encantada de conocer gente nueva, tal vez podríamos ser amigos. Aunque si os soy sincera, lo que nadie sabe sobre mí, es que cuanto termine cierta misión estoy decidida a acabar con mi existencia. O al menos esa era mi...