CAPÍTULO 9

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BIANCA

Finalmente llegó el jueves, el día en el que María y Adrián vendrían juntos a clase como una pareja oficial. Me había llamado la noche anterior para decirme que se habían declarado a la vez, por lo que no hubo necesidad de responder. También me dijo que besaba de maravilla y que no me preocupara, que ante todo iba a seguir guardándome el secreto y cuidando nuestra amistad. Por supuesto que no había dudado nada respecto a eso. En los recreos seguiríamos juntas con algunas amigas más y no todos los días se sentarían ellos dos juntos.

Eric estaba en la puerta del colegio y cuando me vio acercarme, se esperó a que llegara para abrirme la puerta educadamente.

-Ternurita, adivina quién va a sentarse contigo a partir de ahora – me siguió después de pasar.

-Mm... ¿David? –Eric perdió un poco su sonrisa –¿Carol? ¿Esteban? Quizás me toca estar sola.

-Con-mi-go –refunfuñó agarrándome del brazo para acelerar el paso.

-Oye, ¿por qué me llevas así? –pregunté curiosa.

-Para que todos tengan claro lo que hay –me replicó molesto.

-Era una broma, ¿celoso? –sonreí divertida.

- ¿Yo? ¿Por una simple mortal? –comenzó a delirar –Para eso deberías ser más atractiva.

Su comentario me enfadó y me aparté de mala gana. Fuera verdad o no, era demasiado superficial ese comentario, así que decidí ignorar su tontería. Me senté en mi sitio y coloqué mi mochila en su asiento para que no se pudiera sentar. Noté que Eric apoyó su barbilla en mi pelo y me agarró de los hombros para que no pudiera apartarme.

- ¿A quién no le gustan las bromas ahora? –me preguntó divertido, pero no obtuvo respuesta –Ternurita, no seas así y contéstame.

Me negaba a decirle algo, no entendía mi propia actitud. Era consciente de que era una broma en el fondo, aunque sabiendo lo egocéntrico que era tampoco me sorprendería que fuera su verdadero pensamiento. ¿Por qué me afectaba todo esto para empezar? Si cuando mi hermano quedara liberado de ese manicomio... iba a ... acabar con mi...vida... Así era, y así iba a ser pasara lo que pasara, mi decisión estaba tomada y no había vuelta atrás. El juego que tenía con Eric pensaba terminarlo algún día.

-Bianca, ¿crees en serio que no eres lo bastante para mí? –cuando abrí los ojos, me encontré con los suyos. No me había percatado de que se había movido. Me tenía cogida la cara con sus manos y estaba demasiado cerca de él. Mi corazón estaba comenzando a latir más fuerte–Después de lo del pádel, ¿piensas que no me atraes ni un poco? ¿Ni que me pareces guapísima? Sobre todo, cuando me has visto ligar con prácticamente cualquier chica, que no puede ni compararse a como actúo cuando estoy contigo.

-Eso no me im... –estaba a punto de decirle cuando sentí como mi silla se movía para atrás, apartándome de él.

María me abrazó y me susurró al oído "ni lo pienses". ¿Desde cuándo estaba aquí? ¿Cuántas personas había en clase aparte de nosotros? Cuando me di cuenta me arrastró a la salida y me llevó al baño. Acto seguido, me dio una bofetada en la cara. Eso me hizo reaccionar.

- ¿En qué crees que estabas pensando? –me gritó molesta –No, no hace falta que me lo digas si ya lo sé. Pensaba que estas quedadas con Eric estaban haciendo que cambiaras de opinión.

-Yo no merezco estar aquí ... Mientras les arrebaté la vida de los demás, estoy disfrutando mi tiempo. Debería estar sufriendo por todos ellos –comencé a sollozar.

María me abrazó nuevamente, esperando pacientemente a que me calmara. Me pidió que respirara hondo mientras la escuchaba.

-Precisamente por ellos debes seguir adelante –me pidió –Cumple tus sueños por ellos, ¿Sabes a cuántas personas lastimarías si lo hicieras? Empezando por tu hermano... Él mismo te admitió que preferiría seguir encerrado a que ...

Te salvaré antes de morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora