THE NIGHT WE MET | Draco Malfoy

Capítulo 11

Capítulo 11: Torre de astronomía

Hogwarts
Escocia, Reino Unido

Al día siguiente, Emma se encontraba en la biblioteca después de un día de clases. Buscaba despejar su mente de todo lo negativo que acontece; solo quería experimentar paz y disfrutar de un momento tranquilo. Sin embargo, para su infortunio, observó a Parkinson y a Greengrass entrar en la biblioteca. Emma sabía que no le convenía quedarse allí, así que se levantó y salió sigilosamente.

Al verse interrumpida, decidió dirigirse a su lugar feliz, al sitio donde sabía que no la molestarían.

Ella se dirigía hacia la Torre de Astronomía, completamente concentrada en llegar y encontrar la paz que tanto necesitaba. Estaba tan inmersa en sus pensamientos que casi choca con el chico que apareció de repente frente a ella. Resultó ser Blaise Zabini.

— Oh, Lo lamento, no me fije por donde iba. — Murmuró Emma.

— No te preocupes. — Dijo Blaise. —Mmm... ¿Estás bien? —le pregunta el chico. 

Emma frunce su ceño mirándole extrañamente y este cierra sus ojos, para después mirar algo detrás de la rubia. 

La chica va a girarse, pero el Slytherin coge sus hombros para que no lo hiciera.

—Ayer te vi algo triste, y llegaste al Gran Comedor con los ojos rojos, y me preguntaba si estabas bien —aprieta sus labios.

—Tú no estabas en el Gran Comedor —le responde recordando el momento en el que se giró hacia la mesa de las serpientes.—Estaban Parkinson, Crabbe, Goyle y... Malfoy —dice lentamente ese apellido.—¿Esto es obra de Malfoy?

—¿Qué? No no —dice el moreno negando con su cabeza.

—Pues sí, estoy bien, y además, ¡eso no es de tu maldita incumbencia! —le dice la ojiazul molesta y le da un leve empujón.

Camina por el pasillo rápidamente para llegar a la torre de astronomía.

                                                                         [...]

Emma, al llegar a la torre de astronomía se sienta junto al barandal y empieza a leer el libro que sacó de la biblioteca.

 —Emma — escucha la voz de alguien detrás suya y se gira para ver quien es. — Supuse que vendrías.

 —¿Malfoy? —su voz sale más extrañada de lo que ella hubiera deseado, carraspeó ligeramente.

 Draco entra y cierra la puerta de la torre bajo la atenta mirada de la rubia.

 —No sé qué es lo que pretendes, Malfoy, pero no tengo tiempo para tonterías — Emma se acerca a la puerta, y antes de que la abra, Draco le sujeta suavemente la muñeca y la hace voltear.

—Te estuve buscando, necesito hablar contigo. — Dijo el chico, en un tono más bajo. Emma frunce el ceño y después de unos segundos, se sienta junto a él. 

 —Habla —suspira Potter. —¿Por qué "necesitas" que hablemos? 

 —He estado pensando...—dice el rubio, con algo de nervios

 —¿Qué? —Pregunta ella confundida, intrigada.

 —Pues, se me ocurrió que no tenemos que odiarnos...tanto —Dice él, algo apenado, pero con esa actitud arrogante que lo caracteriza.

 —Te refieres a que quieres que...seamos ¿amigos? —Pregunta Emma, sorprendida. 

 —Amigos...pues...algo así...puede ser. Si quieres —Dice Draco, apenado por sus propias palabras y su actitud "amable", evidentemente había un cambio en él cuando estaba con esa chica.

 "Amigos" repetía Emma en su cabeza. —Pero...no creo que eso sea algo que a ti te convenga —dice ella con un notorio cambio de humor. —No ganas nada, ¿o sí? No soy del tipo de gente con el que te rodeas, ¿por qué de repente quieres que seamos amigos? —pregunta insegura

 —No necesito "ganar" algo, simplemente me gustaría que nos lleváramos mejor, además, tú no eres como tu hermano, así que no veo por qué odiarte. —Dice Draco. Él en realidad está diciendo lo que siente, pero siente una sensación extraña, hay algo más dentro de él, algo que lo hace actuar diferente.

 Emma se queda callada unos minutos, asimilando lo que está sucediendo. —Pero, tu papá... 

 —Mi papá no tiene por qué enterarse, al menos no por ahora —Dice Draco en un tono reconfortante

—Bueno...está bien entonces, supongo.

 —De acuerdo —En cierto momento, los ojos de Draco se fijan en los de la chica, entre el silencio, sólo ellos dos viéndose. Luego la mirada de Draco se concentra en las manos de la chica, notando el anillo negro con esa estrella plateada que adorna su dedo corazón. Después de un rato, él mira hacia otro lado y se aclara la garganta 

 —Sólo para que quede claro, que me agrades tú no significa que tu hermano lo haga —Dice serio, pero en un tono juguetón, haciendo que a Emma se le escape una pequeña risa.

Draco se levanta para dirigirse a la salida —¿Te parece que nos veamos aquí luego de la cena? Emma acepta, aunque está bastante extrañada. Una pequeña sonrisa se dibuja en los labios de Draco mientras caminan hacia la puerta. 

 «No creo que esté tan mal que nos llevemos bien.» piensan ambos.

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