Capítulo 4

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    AUNT MARGE'S MISTAKE

    AUNT MARGE'S MISTAKE

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𝕹 | 𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑

01·08·1993
Surrey, Inglaterra
Privet Drive no. ° 4, Little Whinging

Esa misma tarde, Emma se encontraba en la sala contemplando la chimenea, luciendo el vestido verde que Petunia la había forzado a llevar. Al mismo tiempo, Petunia ajustaba la fea pajarita que había comprado para Dudley y le ordenaba a Harry que se arreglara el cabello.

Momentos después, se oyó el coche de Vernon afuera, seguido de golpes en la puerta y pasos en el jardín.

—  ¡Abran la puerta! — Gritó Petunia.

Soltando un suspiro Emma se encaminó hacia la puerta y segundos después se escuchó la molesta voz de Marge por toda la casa.

— ¿Dónde está mi Dudders?  

Emma viró los ojos con desagrado y vio como su hermano se acercaba a ella. Dudley se acercó andando como un pato, con el pelo rubio totalmente pegado al gordo cráneo y una pajarita que apenas se veía debajo de las múltiples papadas. Tía Marge tiró la maleta contra el estómago de Emma (y le cortó la respiración), estrechó a Dudley fuertemente con un solo brazo, y le plantó en la mejilla un beso sonoro.

Harry se acercó a su hermana y la ayudó con el equipaje de Marge. 

—¡Petunia! —gritó tía Marge pasando junto a Harry sin mirarlo, como si fuera un perchero. Tía Marge y tía Petunia se dieron un beso, o más bien tía Marge golpeó con su prominente mandíbula el huesudo pómulo de tía Petunia.

Entró tío Vernon sonriendo jovialmente mientras cerraba la puerta.

—¿Un té, Marge? —preguntó—. ¿Y qué tomará Ripper?

—Ripper sorberá el té que se me derrame en el plato —dijo tía Marge mientras entraban todos en tropel en la cocina, dejando a los Potter solos en el vestíbulo con la maleta. Pero ellos no lo lamentaron; cualquier cosa era mejor que estar con tía Marge. Subieron la maleta por las escaleras hasta la habitación de invitados lo más despacio que pudieron. Cuando regresaron a la cocina, a tía Marge le habían servido té y pastel de frutas, y Ripper lamía té en un rincón, haciendo mucho ruido. Harry notó que tía Petunia se estremecía al ver a Ripper manchando el suelo de té y babas. Tía Petunia odiaba a los animales.

—¿Has dejado a alguien al cuidado de los otros perros, Marge? —inquirió tío Vernon. 

—El coronel Fubster los cuida —dijo tía Marge con voz de trueno—. Está jubilado. Le viene bien tener algo que hacer. Pero no podría dejar al viejo y pobre Ripper. ¡Sufre tanto si no está conmigo...!

Emma se dio cuenta que Ripper volvió a gruñir cuando se sentó Harry. Tía Marge se fijó en él por primera vez.

—Conque todavía estás por aquí, ¿eh? —bramó.

—Sí —respondió Harry.

—No digas sí en ese tono maleducado —gruñó tía Marge—. Demasiado bien te tratan Vernon y Petunia teniéndote aquí con ellos. Yo en su lugar no lo hubiera hecho. Si te hubieran abandonado a la puerta de mi casa te habría enviado directamente al orfanato.

Emma vio que Harry fruncía más el ceño y apretaba los puños. Rápidamente, tomó la tetera y se acercó hasta la mesa para comenzar a servir té en las tazas de todos en la mesa. Y cuando se acercó hasta Harry, puso una mano sobre su hombro para tranquilizarlo. Los hombros de Harry inmediatamente se relajaron y luego volvió a mirar a la tía Marge con una triste sonrisa.

THE NIGHT WE MET | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora