capítulo 12 -

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Despertó en una especie de bosque.

Esa criatura sentía que la cabeza le iba a explotar, tenía que mantenerse sentada o se podría caer.

No recordaba nada de lo ocurrido, su mente estaba en un completo vacío, negro... Donde había estado la gran mayoría de su tiempo consciente.

Sentía una gran presión en el pecho, llevo su pequeña mano hacia el medio, ya no había nada aplastando, pero la memoria muscular de su pequeño cuerpo recordaba ese dolor... Esa presión... Esa falta de aire.

Después de unos minutos trató de ponerse en pie, fallando en el intento, cayendo de nuevo al suelo. La criatura sollozó, se había hecho una rozadura en la rodilla, de la cual salió algo de sangre de color azul oscuro.

Parecía ser una pequeña niña de cabello blanco, probablemente no llegaba a los 8 años, hacerse un raspón era equivalente a casi morir para ella.

Un tiempo después, intentó volver a levantarse, esta vez lo logró, aunque sus piernas temblaban, no estaba acostumbrada a estar de pie...

Andó hacia un árbol cercano. Apoyó una mano en él para mantenerse en pie, acostumbrarse a este nuevo entorno.

Acababa de salir de la Eutemia, esta pequeña criatura se llamaba Vanechka, también conocida como Elfus Ginpheth.

Trató de recordar de dónde venía, solo recordaba un lugar oscuro y apretado, donde era casi aplastada, por lo que su cuerpo estaba cubierto de rozaduras, pequeñas heridas, ematomas y algunas lesiones leves en sus muñecas, nada demasiado grave.

Observó los alrededores, preguntándose por qué o cómo había salido de ese lugar, pero algo le bloqueaba la mente, casi lo recuerda, pero no puede hacerlo por alguna razón.

Solo recordaba a tres personas, un hermoso monstruo humanoide, alta de cabello azul oscuro. Un ser con alas, rubio, chorreando sangre por sus ojos. Y un demonio amable, de ojos rojos y cabello rosado.

Sintió la necesidad de buscarlos.

Necesitaba encontrarlos.

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-Vanechka salió... -susurró Zafiro, quien estaba con Akira, pero en otro lugar.

Se encontraba en su palacio, observando por el balcón la vista al Inframundo, era irónico, ya que era el único lugar tranquilo y seguro en ese momento.

Miró hacia abajo, observando el gran precipicio en el que se encontraba el castillo. Se cubrió el rostro con las manos, los pensamientos volvieron a su mente.

"No eres suficiente"

"Ni siquiera pudiste cumplir tu deber"

"Él no estaría orgulloso de ti si te recordara"

En el fondo sabía que era cierto, sabía perfectamente que podría dar mucho más de si mismo, pero por alguna razón habia algo que se lo impedía. Se había esforzado, y aún así no pudo mantener a ninguna de las criaturas en la Eutemia. Ahora, gracias a él, la vida de muchas personas estaban en peligro.

Dio media vuelta y salió del balcón, lo cerró y se sentó en el suelo, simplemente a pensar, tratar de comprenderse a si mismo, no quería (ni podía) dejar que esas idean lo invadiesen, no se lo puede permitir.

Se cubrió la cara con las manos y trató de dejar la mente en blanco, no pensar.

No pudo conseguirlo, pero al menos dejó de pensar en eso, más bien comenzó a pensar en que iba a hacer si Sappire descubría donde estaba Akira, era una de sus máximas preocupaciones en ese momento.

Tenía que protegerlo, era lo único que podía hacer de momento. Se sentía algo inútil, el propio príncipe del Inframundo no podía cumplir su deber, era ridículo.

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Sus ojos tapados por su cabello blanco le impedían ver, cegada en el medio de ese bosque, tambaleándose de lado a lado en sus pequeñas y débiles piernas, una de sus rodillas aún sangrando por la herida que se había hecho previamente. Aún se estaba ubicando en este entorno nuevo para ella.

Llegado a un punto se chocó con algo, cayendo al suelo torpemente de rodillas, pero rápidamente sintió como dos manos la rodeaban y la levantaban, dejandola de pie en el suelo.

—Pequeña, ¿qué haces en el medio del bosque?—Preguntó una voz melódica, hermosa como un canto.

La niña intentó formular palabras, pero ni siquiera sabía hablar, solo pronunció un balbuceo débil, su voz aguda y agrietada.

El ser con el que se encontró se agachó hasta su altura, con una mano apartando el cabello de su cara. La menor pudo presenciar una chica de cabello largo, azul, con puntas rojas y ondulado. Sus ojos eran extremadamente claros, prácticamente un blanco puro. Su piel tenía algunas escamas de color azul.

—Llámame Sappire, pequeña... supongo que ahora te vendrás conmigo.

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⏰ Última actualización: Aug 14 ⏰

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