Capitulo 11 - memories

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Akira despertó, pero esta vez de una manera algo diferente a el resto de mañanas, entre los brazos de Zafiro, quien al final se acabó quedando dormido.

El ángel al principio se vio intimidado por tener a alguien tan cerca, prácticamente rozando su piel. Le causó un escalofrío que recorrió su espalda y pecho.

Decidió quedarse quieto por el momento, no era algo que le incomodaba del todo, simplemente para él era raro, ya que no recordaba haberlo vivido nunca.

Agarró la mano de Zafiro que estaba contra su pecho, no hacia casi nada de presión, solo lo estaba sujetando, lo que lo relajó bastante ya que ahora sabía que si quería moverse podía hacerlo.

Se quedó un tiempo allí, sintiendo el calor que producía el cuerpo de su acompañante, a la vez que a veces podía sentir que se movía un poco para colocarse o acariciar a Akira de una manera muy sutil y suave, lo hacía de manera inconsciente después de todo, estaba dormido.

Ante eso, Akira volvió a sentir escalofríos, no estaba acostumbrado a nada de esto, literalmente nadie lo había tocado durante tanto tiempo y de esa forma. No le disgustaba, ya que se sentía bien, pero si pensaba que era rara la sensación que esto le producía.

Decidió intentar liberarse del abrazo para levantarse, ya se estaba empezando a agobiar un poco, así que con cuidado apartó una de sus manos que se estaba sujetando, lo hizo con poco esfuerzo pero con cuidado de no despertarle ni molestarle.

Se sentó en el borde de la cama, miró hacia atrás para ver a Zafiro, acostado de lado y despeinado, su respiración era audible. Lo observó por varios segundos hasta que la sangre volvió a caer por sus mejillas, a veces simplemente sangraba, sin una explicación, solo empezaba a "llorar" involuntariamente sangre de un momento a otro, si es que a eso se le puede considerar llorar...

Se levantó de la cama y abrió la puerta de su habitación, con la intención de dejarle dormir mientras Akira investigaba la casa, ya que por el momento solo había visto una parte de ella.

Fue por el pasillo, pasando la cocina, habían varias habitaciones más, con la puerta cerrada, lo que era extraño teniendo en cuenta que Aerith siempre dejaba las puertas abiertas.

Fue hacía la puerta que estaba al fondo del todo, encendió la luz por si las dudas y abrió la puerta con cuidado, por si allí podría haber algo peligroso o similar.

Abrió la puerta.

Al contrario de lo que se esperó, no había nada, era solo una habitación oscura, por obvias razones esto no le gustaba.

Cerró la puerta de nuevo y se sentó en el suelo, de espaldas a la puerta cerrada.

Por alguna razón después de un rato se sintió mareado.

Se durmió.

***

Pudo recordar algo, algo que no estaba seguro de si eran sus propios recuerdos.

El recuerdo consistía en un lugar hermoso, una especie de cueva con gemas en parte de las paredes y del suelo, allí estaba lo que parecía ser un niño, probablemente no llegaba a los 8 años.

El niño tenia el cabello rubio por la altura de los hombros, al estar de espaldas y sentado, no se le podía ver la cara.

En frente de él había algo que le causó una extraña sensación, un ángel de alas grises, colgado por el cuello por unas cadenas rojas, que de vez en cuando emitían un brillo escarlata.

El ángel no reaccionaba, simplemente estaba ahí, aparentemente inconsciente o incluso muerto.

El niño se levantó, en su mano tenía un peluche, un gato de color negro, con seis ojos blancos.

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