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Era un nuevo día, pero la misma rutina, excepto que esta vez desperté en el sillón

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Era un nuevo día, pero la misma rutina, excepto que esta vez desperté en el sillón. La verdad dormí algo mal pero nada tan grave, así que subí a mi habitación para alistar unas cosas y después ir al baño a tomar una ducha. Al salir, fui para cambiarme.

Bajé para desayunar, ahí estaba mi mamá sirviendolo. Justo a tiempo.

— Buenos días. Preparé waffles.

— Qué rico—. Sonreí, acercandome para ayudarle a servir el jugo de naranja. Me llevé los vasos a la mesa, mientras ella llevaba los platos.

— ¿Cómo estás hoy?— Me miró

— Bien. Decidí no pensar tanto en lo de Jack y Dylan—. Suspire

— Es mejor así—. Sonrió

Asentí con la cabeza, y empecé a desayunar. Hablamos hasta que ambos terminamos nuestro desayuno.

— ¿Hoy irás a trabajar?— Le pregunté, acto seguido tomé el último trago de jugo

— Sip—. Soltó un suspiro— Qué flojera.

— Ya se—. Hice un puchero

— Pero salgo temprano hoy.

— Oh, qué bien.

— Tal vez cuando salga podemos ir a un café que está cerca de la casa de tu amigo Dylan—. Se levantó para dejar sus platos en el lavabo, luego se giró hacía mí — ¿Te parece bien?

— Claro—. Asentí, sonriendo

— Entonces me voy. Te veo allá—. Se agachó para darme un beso en la mejilla— Suerte en el ensayo.

— Gracias, ma—. La miré— Qué te vaya bien en el trabajo. Vete con cuidado.

— Sí, gracias—. Me dio una sonrisa

Y salió de la casa. Yo me levanté, tomando mi plato para llevarlo al lavabo y comencé a lavar todos los platos que había ahí.

Ya cuando acabé, me seque las manos con una toalla para después ir por mis cosas. Luego salí de la casa, cerrando desde afuera con llave.

Me pusé mis audífonos para comenzar a caminar, en busca de algún taxi. Cuando por fin lo encontré, me llevó a donde siempre iba. El garage de Dylan.

— Muchas gracias—. Le di el dinero, saliendo de el auto

Me acerqué a la puerta de el garage para golpear esta, esperando que me abran. Esta vez se tardaron un poco más, pero finalmente me abrieron, dejando ver a un Dylan con la camisa desordenada al igual que su cabello, el cierre abajo otra vez y a un Jack con mitad de su camisa desabotonada, él solía usar camisas blancas de cuello con suéteres coloridos, este era uno de esos días pero el suéter estaba en el suelo. Qué raros.

— Otra vez traes el cierre abajo—. Señalé su pantalón fugazmente mientras entraba, esta vez no quise darle mucha importancia a estos dos

Dylan se subió el cierre, acomodándose la camisa y un poco el cabello, bueno, eso lo hizo Jack, le acomodó el cabello.

Una Oportunidad para Alcanzar las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora