4.

5 0 0
                                    

Había lavado el saco azul

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había lavado el saco azul. Lo dejé colgado en mi armario, limpio y planchado. Ahora solo esperaba volver a ver a ese chico para dárselo.

Pasaron varios días, y siempre volvía al mismo café de siempre para ver si lo veía. Regresaba a mi casa sin éxito.

Era como si se hubiese desaparecido.
Al final, pasaron aproximadamente tres semanas en las que mi rutina, como siempre, era la misma. Despertaba, iba al ensayo, Dylan y Jack seguían raros, regresaba a ese café, no encontraba al dueño de el saco y volvía a mi casa por la noche para dormir.

Ya era otro día. Un nuevo Lunes.
Me encontraba llegando a la casa de Dylan para el ensayo. Al llegar, toqué la puerta como de costumbre, y esta vez abrieron rápidamente. Qué milagro.

— Hey, qué onda—. Sonreí, viéndolos. Pero mi expresión cambió al verles la cara.— ¿Qué pasó?..

— Lo siento mucho, Mateo—. Jack comenzó, mientras abrazaba a Dylan

— ¿Qué?— Los veía con preocupación, esperando una respuesta.

Pero ninguno decía nada. Me estaba empezando a desesperar, por lo que tomé una bocanada de aire para luego volver a hablar.

— Digan algo—. Les dije casi gritando, no estaba enojado, solo quería una respuesta y me estaba empezando a poner ansioso porque no hablaban

— Mi papá me dijo que ya no podemos usar el garage—. Dijo Dylan al fin

— ¿¡Qué!?—. Solté, bastante sorprendido

— Sí, lamento que esto esté pasando. Sé lo mucho que querías que la banda funcionara pero.. al final siempre se vuelve a la realidad.

Empecé a respirar rápidamente, esto no podía estar pasando. ¿Por qué a mí?

— ¿Matt?—. Escuché la voz de Jack, pero se escuchaba como si yo estuviese debajo de el agua. Me estaba ahogando.

— Mateo—. Dylan se escuchaba preocupado. Aunque esa no era mi intención, yo no quería que se preocuparan, pero no podía reaccionar.

Sentí un nudo en la garganta, pasé de respirar rápido a no saber cómo hacerlo. No podía respirar. Una lágrima se asomó por mi mejilla, cayendo lento.

— No puede ser—. Dije por fin, limpiandome la lágrima bruscamente

Mis dos amigos soltaron el aire que al parecer estaban reteniendo, como aliviados de que estuviera "bien".

— Lo siento mucho, en verdad.

— Pero.. ¿por qué de repente no nos deja que lo usemos? Siempre fue nuestro fan—. No lograba entenderlo

Los contrarios se vieron, como si estuvieran escondiendo algo. A este punto, ya me empezaba a cansar eso.

— Como sea—. Negué con la cabeza, dándome la vuelta para salir de ahí

— Jack y yo somos novios—. Escuché decir a Dylan, por lo que me detuve, girando para verlos

— ¿De qué hablas?

— Lo que escuchaste. Y sé que a ti igual te gustan los hombres pero si tienes algún problema porque somos amigos, está bien, pero preferiría que no nos lo dijeras porque no soportariamos perderte por eso.

— Cállate—. Solté una risa para luego acercarme a abrazarlos, en ese momento solo éramos nosotros tres

Al parecer, el abrazo les sorprendió pero pronto me correspondieron. Cada uno puso una de sus manos en mi espalda.

— Los quiero mucho, idiotas—. Les dije a mitad de ese abrazo— Nunca les dejaría de hablar por algo como esto.

— Gracias, Matt—. Jack sonrió

Al separarnos, los ví para luego sonreírles.

— Con razón andaban tan raros, yo pensé que estaban haciendo un plan para matarme o algo por el estilo.

— Qué tonto, Mateo—. Se rió Dylan

— Es una posibilidad—. Crucé mis brazos, luego suspiré— Pero, cambiando de tema, lamento mucho que tu papá no te apoye.

— No te preocupes. No es tu culpa.

— Al menos sabes que nos tienes a nosotros—. Puse mi mano en su hombro

— Es verdad—. Jack tomó la mano de Dylan, entrelazando sus dedos

— Ow, son tan lindos—. Sonreí

— No lo hagas raro—. Dylan me dio una mirada asesina

— Nope—. Levanté mi mano, como haciendo una "promesa"— Aunque, debo admitir que me ofende un poco que no me lo hayan dicho antes.

— Ay, Mateo—. Rodó sus ojos

— ¡Enserio!—. Me quejé

— Yo quería decirte—. Jack se defendió

Entonces volteé para ver a Dylan, con una expresión que gritaba que estaba MUY ofendido.

— Es que tú te emocionas mucho y capaz ponías letreros en toda la ciudad anunciando nuestro noviazgo.

— Bueno, en mi defensa—. Puse mi mano en mi pecho, tratando de encontrar algo qué decir. No, no podía defenderme— Okey, tal vez lo habría hecho.

Los otros dos se echaron a reír, por lo que igual solté unas risas.

— Igual nosotros lamentamos que ya no tengamos un lugar donde ensayar.

Asentí con la cabeza.

— No es su culpa—. Les di una sonrisa

— Básicamente, lo es un poco. No debimos estar haciendo cosas aquí.

Hice una mueca de asco.

— Iugh—. Saqué la lengua— No me estén contando eso, tontos.

Ellos solo soltaron unas carcajadas.

— Amigo, algún día lo vas a hacer—. Dylan me puso una de sus manos en el hombro, y negué con la cabeza

— No tengo pareja.

— Eso no quiere decir que algún día no lo hagas—. Jack se rió

— Bueno—. Alcé mis hombros

— Pero, volviendo al tema de la banda, creo que podemos conseguir un lugar. Tengo algunos ahorros—. Sonrió Jack

— Genial. Eres el mejor, Jack.

— ¡Sí!—. Di leves brinquitos— Pero.. tendremos que pagar renta, ¿no?

— Eso sí—. Asintió— Yo puedo conseguir el lugar con lo que tengo. Pero necesitamos ver cómo le haremos para pagar la renta.

— Yo puedo conseguir trabajo—. Hablé

— Yo también—. Dijo Dylan

— Entonces yo igual, así nos lo dividimos—. Jack nos miró

Todos estuvimos de acuerdo. Entonces ahora teníamos que conseguir trabajo.

Una Oportunidad para Alcanzar las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora