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Llegué tarde casi todos los demás días, pero por suerte, seguíamos manteniendo el lugar que habíamos conseguido para ensayar con lo que me pagaba Daniel, además mis amigos lograron conseguir trabajo, y les iba bien, a mí no tanto

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Llegué tarde casi todos los demás días, pero por suerte, seguíamos manteniendo el lugar que habíamos conseguido para ensayar con lo que me pagaba Daniel, además mis amigos lograron conseguir trabajo, y les iba bien, a mí no tanto. El tercer día llegué a las dos de la tarde, por lo que básicamente no hice nada con Lizy, más que llevarla a comer pizza. Aunque fue un error.

— ¿Cómo se te ocurre llevarla a comer pizza?—. Daniel me regañó

— ¿Qué tiene de malo? A todos los niños les gusta la pizza.

— Lizy es intolerante a la lactosa.

Mis ojos se abrieron en sorpresa, de verdad no me cansaba de cagarla.

— Cállate los ojos.

— ¿Qué?

— Nada. Pero, hay que recordar que eso tú no me lo dijiste—. Me defendí

Daniel miró hacía arriba, como pidiéndole algo a diosito.

— Bien, no te lo dije. Tienes razón.

— ¿Ves?

— Pero, aún así, tienes que preguntar si le puedes dar pizza. Es una niña, no un adulto de veintidós años que no tiene vida social — Suspiró

Qué indirecta tan directa.

— Perdón, creí que a todos los niños les gustaba la pizza—. Volteé a otro lado

En eso, Lizy entró a la habitación.

— Sí me gusta la pizza, Mateo—. Me sonrió dulcemente— Es una lástima que no la pueda comer.

— Lamento mucho eso, pequeña— Daniel le acarició la espalda, abrazandola

Yo los miré, sin saber qué decir.
Hasta que se me ocurrió una idea.

— Le puedo decir a mi mamá que prepare una pizza sin queso—. Sonreí

Daniel me vió, con ganas de decir que no, pero cuando Lizy saltó emocionada, su expresión cambió a una más suave.
Entonces mamá vino al departamento de los Wright para preparar pizzas.
Ese día, todos la pasamos bien, incluso Daniel se divirtió.

Unas horas más tarde, Daniel llevó a Lizy para que duermiera. Y después regresó con nosotros.

— ¿Quieren algo de beber? —preguntó, viéndonos

— No, creo que nosotros nos vamos ya

— Bueno pero antes.. —hizo una pausa para darle un trago a su copa con vino tinto, luego me miró— ¿Podemos hablar?

Volteé para ver a mi mamá.

— Te espero afuera —puso su mano en mi hombro por un momento para después sonreírle a Daniel, y salir

Cuando la puerta se cerró, volví para ver a Daniel.

— ¿Sobre qué quieres hablar?

— Pues..

Una Oportunidad para Alcanzar las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora