⊱ Hug me, i'm scared ┊ Carl Grimes ࿐

ᥴhᥲρtᥱr 003 - jᥙst ᥣιkᥱ ᥲ mom

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Lori Grimes, madre de Carl, se mantenía detrás de su menor hijo, quién estaba sentado en un tronco, éste se encontraba en medio de la zona del campamento, mientras ella le ponía su chaqueta azul en sus hombros del ojiazul, para después tomar la tijera que tenía a su lado y empezar a cortar su cabello con tranquilidad, pero en medio de eso, se fijó en algo, lo cuál preguntó.

—Cariño ¿por que tienes una curita en tu dedo?— cuestionó Lori, una expresión confusa se le notaba en el rostro, mientras ésta cortaba el cabello a su hijo, al frente de Shane, quién estaba limpiando su arma sin decir nada.

—Me corté— respondió el niño sin importancia al tema, viendo a algún punto fijo del lugar

—¿Que estabas haciendo en ese momento?— preguntó la mujer, sin entender bien.

—Escuché ruidos en los arbustos, tomé una navaja y a casualidad me corté— mintió Carl, quién se le notaba muy relajado.

—Déjame ver— ordenó la mayor, tomando su dedo, dejando la tijera a un lado, Shane los veía expectante pero con una sonrisa.

La mujer le quitó la curita de su dedo y observó la marca con detenimiento, se fijó muy bien

Eran marcas de dientes y no de una navaja.

—Quiero que me digas ahora mismo quien te mordió el dedo— ordenó su madre, con seriedad— Es malo que no me digas lo que te esté pasando.

—¿Y si te digo que me mordió un caminante?— dijo Carl viéndola, mientras resoplaba, haciendo que Shane abriera sus ojos como platos y se pusiera de pie enseguida, con su arma en manos.

—¿¡Te mordió un caminante?!— gritó histérico, llamando la atención de los demás, haciendo que levantarán de sus asientos con miedo y Carol corriera a abrazar a su hija.

—¡Es broma, cálmense!— gritó Carl a la gente del lugar, empezando a resoplar y girar su cabeza

Todos soltaron un suspiro de alivio y nuevamente se sentaron.

— ¿Y bien?

Carl cerró sus ojos con fuerza, se rehusaba a decir que era Meiling, el niño sabía que era incorrecto e inaceptable que ella le haya hecho eso sin ninguna razón, después de todo ella no tenía la culpa de ser así, Carl Grimes estaba seguro que Meiling habría tenido un problema para ser así.

—¡Nadie!

—Un fantasma no te va a morder el dedo Carl, alguien tuvo que hacerlo— respondió la mayor, el niño solo suspiró y se vió en obligación, hasta que finalmente contestó.

—Meiling

—¿Esa niña rara?, ¿a la que le falta un diente?— preguntó Shane, con los ceños fruncidos

—No es nara ¡es normal como todos!— exclamó el niño

—¿Por que esa niña te mordió?— preguntó Lori, a su forma de hablar se notó que estaba indignada, vió a su menor hijo, pero el solo se encogió de hombros, con diversión.

—Voy a hablar con ella— la mujer se paró de su asiento, mientras que Carl se puso de pie de inmediato, suplicando a que no lo haga, su madre lo ignoraba, solo se mantenía mirando hacía el frente, empezando a dirigirse a la rubia que estaba sentada en su tronco, el mismo desde que vino al campamento.

—¡Hey, Meiling!— gritó alguien detrás mío, la voz se escuchaba molesta, no se si era para mí o para alguien más, pero de curiosidad voltee a ver.

Y sí, ese grito era para mí

Pues si estaba diciendo tu nombre. Oh, eres tan estúpida como una roca.

Logré visualizar a Lori, dirigiéndose a mi, mientras Carl estaba detrás de ella, algo temeroso y jalando su camiseta.

No se que quiere pero hay que averiguarlo

—Quiero que ahora mismo me digas la razón, de porqué le mordiste el dedo a mi hijo— se paró enfrente mío cruzándose de brazos, yo le miré con una falsa inocencia, con una mirada suavizante, como si no tuviera ni una pizca de maldad.

Pero ya lo sabía ahora, no me servía fingir.

Oh, rayos.

—Vamos, no tengo todo el tiempo— ordenó ella, viéndome con seriedad.

— Yo... es que. Siempre quise hacerlo— susurré, sin arrepentirme de haberlo dicho.

— Por Dios ¿Es en serio?— me miró confundida, mientras fruncia sus ceños, desviando la mirada, sentí que de un momento a otro mi cuerpo sin mi permiso empezó a temblar cuando noté que los adultos se encontraban cerca me observaban, algunos me miraban con reproche, pero otros con lástima.

Detesto que la gente sienta lástima por mi.

Por primera vez, en muchísimo tiempo, me sentía intimidada.

— Mira Meiling, intento ser razonable contigo, de verdad. Sé que probablemente tuviste algunos problemas cuando te encontramos, estabas algo... Conmocionada— cuando lo empezó a pronunciar, algunos adultos, cómo Dale, Andrea o Carol, escuchaban con atención, algo que significa en mi entorno personal, metiches, lo que me hacía sentir pequeña e insignificante — y he intentado ayudarte con todo eso, pero simplemente tú no cooperas, mira como lo has dejado a Carl— señaló su mano, donde tenía un poco de sangre— no me parece justo que le hayas hecho eso sin ningún motivo, solo te pido que no quiero que vuelvas a acercarte a Carl, ¿entendido? Ni a ningún otro niño, eres capaz de lastimarlos.

Mis ojos se cristalizaron.

¿Era raro morder el dedo de alguien?

De todas maneras, hubiera preferido que me lo hubiera dicho a solas.

Me sentía tan avergonzada, e idiota al saber que todos fueron testigos de el reproche que me dio Lori.

Como una madre.

La mujer me dió una última mirada, al final algo lastimera, y se fue

Carl fue el único que se quedó, de pie en su sitio, viéndome, mientras Lori volvía a voltear a ver a su hijo

—¡Carl! ¡Cariño!— lo llamó

Él quizo acercarse a mí pero me paré de enseguida y me alejé de el, empecé a correr lejos de él, sin ni siquiera verlo a la cara.