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—¡Profesor Sunoo!— gritó el pequeño entusiasmado mientras corría hacia su lindo maestro.

—¡Hola pequeño Soobinie!— le extendió los brazos para poder abrazarlo fuertemente.

Soobin era un niño demasiado bueno, no era nada travieso e irrespetuoso como algunos otros pequeños, era de los más inteligentes de su salón a su corta edad de 3 añitos y era así ya que su profesor favorito Kim Sunoo siempre lo motivaba a ser un niño muy listo, bueno pero siempre carismático.

Kim cargo al pequeño para poder entrar al aula, no sin antes despedirse de su padre quien hacía en el auto.

—Vamos Soobin, dile adiós a papá.

El pequeño sonrió y sacudió su manita, gritó fuerte para que su papá lo escuchara despedirse. —¡Adiós papi Hoonie te quiero mucho!— le dio una gran sonrisa para que no se sintiera triste de no tener a su lindo Soobinie junto a él.

El antes mencionado solo dejó salir una linda sonrisa mientras le decía adiós con la manita para proceder a marcharse.

Sunoo dejó de sonreír al ver como el auto se iba y entró rápido al salón.

Sabía que trabajaba en una escuela privada donde iban muchos hijos de personas sumamente millonarias, pues busco un trabajo donde dieran buena paga.
Le encantaban los niños y sabía como poder educar y enseñar a los menores así que no hubo problema con que lo aceptaran, de hecho la directora quedó encantada con el de ojitos azules al ver que era muy bueno.

Dejó de cargar al pequeño al llegar al salón, le quito su mochilita y procediera a irse a su lugar destinado.

El mayor fue hacia el pizarrón indicando a los pequeños lo que tenían que hacer, primero harían un poco de caligrafía para mejorar sus letras, después armarían objetos que les gustan con playdoh y al final harían un retrato familiar com pastas de fideos y coditos.

Todos los niños quedaron encantados al escuchar las actividades que iban a realizar, más por que su maestro Sunoo los iba a ayudar a poderlas hacer con más éxito.

Los pequeños sacaron sus cuadernos y empezaron con la caligrafía, se les complicaba algo pues apenas era muy pequeñitos que no podían soltar bien sus manitas.

Sunoo los ayudaba mientras les decía cómo hacerlo, agarraba sus manitas y los dirigía con estas para poder hacerlo mejor.
Era con lo que los pequeños tardaban más, pues no es algo fácil para ellos.

Después de que Sunoo terminó de calificar todos los cuadernitos salieron al receso.

Los peques saltaban y corrían por todos lados, algunos nenes y nenas jugaban a la casita mientras otros jugaban a la cuerda o pasaban por los túneles en forma de ciempiés mientras se perseguían.

Soobin se acercó a Kim quien estaba deleitando de las hermosas sonrisas mientras desayunaba.

—Profesor Kim— hizo un pucherito.

—Que pasa corazón, ¿Te lastimaste?— pregunto.

—No... es solo que quiero dormir—, había corrido tanto que se cansó rápidamente.

—Ay pequeñito— dio un suspiro —ven aquí— le extendió los bracitos y Soobin sin duda fue a acurrucarse.
Lo cargo haciéndolo quedar acostado en su hombro mientras le daba palmaditas en su espalda.

Tal vez era algo extraño dejar que los niños se quedaran dormidos pero aún eran pequeños, la directora le había dicho que no había problema si eso sucedía, pero debía despertarlos unos cuantos minutos después para que no pedirán gran cantidad de clases.
Aparte estaba en su recreo y tenía todo el derecho de descansar.

˚ ༘ ೀ⋆。˚ 𝙀𝙭𝙤𝙩𝙞𝙘 𝙨𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩  // 𝙎𝙪𝙣𝙜𝙨𝙪𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora