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𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐀́𝐧𝐠𝐞𝐥, 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐃𝐢𝐨𝐬. ════ ❁ ❁ ♡ 🥀♡❁ ❁════
SE DICE QUE LA mayoría de las responsabilidades siempre recaerán sobre el hermano mayor. Cualquier cosa relacionada con ser adulto y comportarse adecuadamente recae en el primogénito, quien debe ser el ejemplo a seguir para sus hermanos.
Pero también está el hermano menor, viviendo a la sombra de lo que hizo o no hizo su hermano mayor. Cada paso y movimiento deben igualarse o, incluso, superar los del mayor. No hay una situación ganar-ganar; ambas caras de la moneda son grilletes que arrastrarán durante toda su vida.
William, siendo el primogénito menor del Rey Bestia y la Reina Bella, ha crecido con numerosas responsabilidades y obligaciones, teniendo que igualarse a su hermano mayor. Lo único que agradece es no tener el peso de la corona sobre sus hombros. No niega que, al principio, sintió envidia por Ben, pero a medida que fue creciendo, comprendió que prefería vivir siendo comparado en lugar de cargar con todo un reino.
Tampoco se quejaría de Ben, quien realmente es un gran hermano y siempre está atento a las locuras que hace, cuidándolo y cubriendo de vez en cuando sus travesuras para evitar represalias.
Porque las responsabilidades no son lo suyo y eso lo saben todos en Auradon. William es el más rebelde de los hijos de Bella y el que más disfruta meterse en problemas. Su amistad con Millar, el hijo de Peter Pan, solo alimenta los rumores.
—Tienes una reunión en una hora.
Sí, puede ser rebelde, pero también tiene sus límites, y esos límites son Jane, la hija del Hada Madrina, consejera y su segunda mejor amiga. Por lo tanto, no puede desprenderse de sus obligaciones por más que lo desee, sin tener una maldita agenda andante detrás de él.
—¿Sobre qué? —preguntó, sacando sus libros de Química del casillero.
—Debes hacer una disculpa pública por golpear a Chad en el Día de la Familia —ella lo seguía de cerca, casi corriendo, ya que sus cortas piernas no alcanzaban los largos pasos del rubio—. Cenicienta no está contenta con lo que ocurrió y necesitan que te disculpes.
Rodó los ojos al escucharla. No quería disculparse con ese estirado y mucho menos hacerlo públicamente. Eso sería doblemente humillante.
—También debes firmar esto para el baile —señaló la agenda que traía en sus manos—. Y elegir los postres que daremos. Podemos ofrecer tartas de mora o cheesecakes de fresa. Aunque, si me preguntas, yo preferiría dar pastel de chocolate. Pero claro, tú eres quien decide. También debes elegir el color de tu traje para el baile, así puedo decírselo a Evie. ¿Prefieres azul marino o azul cobalto? También tenemos otros tonos de azul...