Mini historias- Miguel O'hara

Atrapada II

Estabas viendo todas las salidas posibles en la oficina de Miguel. Por si acaso tenías oportunidad de escapar. Pero todo estaba tan oscuro que tenias todas las de perder, y porque Miguel veía mejor en la obscuridad.  Él te estaba mirando de lo alto de su plataforma. Aunque ya estaba en su punto más bajo.

—¿Y bien no diras nada? Tienes el valor de responder mis llamadas de atención pero no para dar la cara con lo que dijiste—

Odiabas admitirlo tenia un poco de razón y viendo su cara te dabas cuenta que se divierte por ver tu cara apenada. Pero eres un adulto e ibas hacerte responsable.

—Lo siento. Tienes razón Miguel, no estuvo bien decirlo a tus espaldas. — te disculpaste. Aunque creías que no solo era por eso de decirle amargado Peter y Hobbie lo hacían a cada rato en su cara. —Pero, creo que es un poco excesivo que me observes. — lo miraste entrecerrando los ojos.

— Estaba vigilando. No estabas en tu Universo ____ Y no creas que no me di cuenta que lo haces cada que puedes—

— Lo sé y no estaba haciendo nada. Me aseguro de ser lo mas cuidadosa posible. Asi como llegue los dejo intactos. —

— Es demasiado riesgoso que vayas a menos que haya una anomalía a la que tengamos que capturar. Estamos para proteger el Multi-verso no admirar los paisajes, solo vamos a cumplir la misión y regresamos, punto. —

—Miguel sé cual es nuestro propósito y salvamos muchas veces el Spider-verse, nunca nos detenemos a ver lo fantástico que es cada lugar aunque sea de lejos. — le decías con paciencia.— Arriesgamos nuestras vidas casi a diario no quiero perderme de tener en mi memoria estos lugares.

Veías como Miguel empezaba a tocarse el puente de su nariz. Señal de que se estaba desesperando.

—No, te recuerdo una vez más cual es nuestro propósito. Te estas tomando la libertad de abrir portarles para ser turista cada que puedes y eso se acabo.

—¿Que? No es cierto, literalmente ni siquiera veo gente ¿Estás hablando enserio? — esa orden hizo que te molestaras bastante.

—Muy enserio.

—Pero, no soy la única en esta sociedad que lo hace. Dudo mucho que sean totalmente ciegos para no ver estos lugares y volverlos a visitar. No seria justo Miguel. — estabas empezando a molestarte — ¡No puedes vigilar todo lo que hago o hagan todos!

Miguel de un salto llego hasta tu lugar quedando de frente a ti. Estaba muy molesto. Y a ti te ponía nerviosa, nunca lo habías tenido tan cerca.