Mini historias- Miguel O'hara

Mini-Me

Atravesaste el portal hacia la tierra 928, específicamente en las celdas de las anomalías. Habías llegado de una difícil misión, en donde tenias que atrapar un enorme lagarto de 5 metros y al mismo tiempo alejarlo de cualquier población cerca. Sonaba una misión fácil, pero lo que lo hizo difícil es que la ciudad a la que se dirigía este lagarto era una mini ciudad con gente diminuta y cabezona apenas cabían en la palma de una mano. Así que, cualquier golpe ya sea de la anomalía o tuya hubiera sido fatal, el canon quedaría mas perjudicado. Y con mucha precaución detuviste a la anomalía lo más fuera posible de la mini ciudad. Con mucho trabajo lograste noquearlo y envolverlo con tus telarañas. Te lo llevaste jalando de su cola, no sin antes confirmar con Lyla de no haber interferido en algún momento canónico.

—¡Hola ____ ! ¿Como te fue? — Gwen fue la primera en recibirte.

— Estoy bien. Solo me eh llevado unos cuantos rasguños —le respondiste — Pero al fin me eh sentido como el hombre hormiga cuando se vuelve enorme y créeme no lo quiero repetir.

Gwen rio ante tu comentario mientras jalabas al lagarto a una celda, lanzaste en la base y después se activaron sus protecciones holográficas. Pero, te sentiste algo extraña, sentías como una parte de tu cabello se sentía ligeramente pesada. Tal vez era un poco de tierra que había durante la pelea pensaste. Necesitabas una ducha

—Oye iremos en un par de horas más al estudio de Hobby ¿Gustar venir con nosotros?

—¡Claro sin ningún problema! Solo necesito darme una ducha rápida y me reuniré con ustedes.

—¡Genial! Estoy ansiosa por mostrarte una nueva canción que llevo días trabajando.

—Estoy segura que me gustará — abriste un portal hacia tu universo, a tu hogar — Bueno nos vemos en un par de horas.

—Estaré en la cafeteria esperándote.

Atravesaste el portal despidiéndote con la mano.

Llegaste a casa muy rápido y respirando tranquilidad con el único pensamiento de ir a tu baño. No tenias problema con darte una ducha en el edificio de la Sociedad Arácnida tenias tu propio cuarto donde tienes tu propio baño, pero te sentías mas cómoda en tu hogar. Ya te disponías a dirigirte hacia tu preciada bañera pero por un pequeño jalón de tu cabello y un sonido chillon como de un juguete de goma llamo tu atención.

—¿Que? — Volteaste buscando en el piso la cosa que hizo eso. Y te encontraste con la escena mas adorable que jamás hayas visto.

Una variante de Miguel tan chiquitita, caricaturista con un cuerpo pequeño y cabezon. Tenia su traje de Spiderman y estaba enmascarado. Estaba golpeando esa cosita tu pie con mucha determinación. Aunque claro no te hacia ni cosquillas.

—Tu pequeño ¿Como llegaste aquí? — De pronto te tocaste tu cabello de donde lo sentias con más peso y entonces entendiste que era él escondido ahi ¿pero como? Aunque, por ahora no lo investigarías. Tenias que hacerte cargo de él y después devolverlo a su lugar de origen.

Te arrodillaste para tomarlo suavemente con tus dedos pellizcando en su espalda para levantarlo del traje. El pequeño se trataba de escaparse soltando manotazos al aire donde pudiste ver pequeñas garras. —Eres una ternura. Pero tienes que dejar de luchar, no soy una villana. Y no sirve de nada conmigo Miguel.

El pequeño se quedó quieto al escuchar su nombre. Sorprendido como cualquier Spiderman al que hayan descubierto su identidad. Eso te hizo gracia y reíste un poco, porque no estabas segura si te entendía ahora ya viste que si.

—Claro que conozco tu identidad porque convivo a diario con una variante tuya gigante. Así que no hay problema, puedes quitarte la máscara.

Mini Miguel se miraba resignado y malhumorado. Y decidió quitar su máscara dejando ver un adorable rostro. Tenía el tono exacto de piel morena, puntos pequeños ligeramente rojos como ojos, una boquita preciosa y un cabello abundante al mismo estilo de su variante gigante.