"Lider" ObiPain

#9 Verdades

Narrador omnisciente

Después de ese encuentro, Zetsu negro le recordó a Tobi, que siendo la voluntad de Madara, consideraba que estaba perdiendo el tiempo con el tema con Pain, y que más le valía no haber revelado nada de quien es en verdad, eso tranquilizo a Tobi, pues al parecer no los había visto teniendo sexo, pero lo descubrió seguro de algún modo coqueto.

Un simple "Relájate" no fue suficiente para Zetsu, quería saber qué tipo de relación tenían, amorosa, o solo un juego del Uchiha con el supuesto Dios. Obito tuvo que prometerle que se lo demostraría, pero no sabía con exactitud como, además de que lo estaba presionando de nuevo con el tema de cazar a los Bijuus pronto, pero es que cada nación había aumentado sus defensas desde que como Akatsukis se habían metido con el tercer Mizukage, por suerte aun no tenían toda la información referente a ellos, pero ahora más difícil infiltrarse sin llamar la atención, y ahora se debían enfocar en ganar apoyo por otros ninjas renegados.

Aun así, Zetsu insistió en ambas cosas, y lo único que sabía Obito, es que seguro sus actos alejarían a Pain, pero si no hacía algo, Zetsu era capaz de matarlo y luego arrancarle los ojos sin mayor problema o misericordia, y no estaba en sus planes que el dios muriera pronto, a pesar de que le explico lo importante que era Pain para lograr el objetivo... "Haré lo que Madara quisiera, y tu no estás haciendo tu papel como él". Eso había sido un golpe bajo, pues se supone que Obito debía ser el mismo Madara, Obito estaba muerto, no había derecho para que alguien más pronunciara ese nombre, pero le encantaba que Yahiko lo mencionara, lo llamara de esa forma, de seguro por tanto tiempo sin oír a alguien que lo llamara así, y por eso le importaba tanto, pero al mismo tiempo no olvidaba lo importante que era ser Madara, el Tsukuyomi infinito, y de qué servía todo esto de la organización, si ni él ni Pain se tomaban sus papeles seriamente. Era la verdad que debía afrontar, además de otras verdades que solo Zetsu sabía.

Todos iban a descansar, por fin de varias misiones... Kisame cargaba un poco a Itachi estaba algo última misión, unos ninjas de la roca que le complicaron las cosas y tuvo que usar su Mangekyou Sharingan, y claro que eso lo agoto, a mitad del camino se desplomo, y Kisame tuvo que apoyarlo.

- N-no te quieras aprovechar de mi condición Kisame... - Se quejo, pues para el tiburón ya se le había hecho costumbre, que tenían sexo o fuera de la base o que estaba agotado el menor.

- ¿qué cosas dices Itachi-san? Jamás haría algo así, y menos con todos los miembros aquí... - Dijo divertido y justo cuando entraron, se encontraron al par de artistas sanando sus heridas, bueno, Deidara haciéndolo y Sasori arreglando su medio de transporte...

Hidan se dejaba coser un brazo que perdió por Kakuzu, quien estaba molesto, pues descubrió que faltaba alcohol de su lugar secreto, y nadie, de verdad nadie, sabía de ese lugar... Solo tenía el ceño fruncido y de mala gana cosía a Hidan.

Konan se fue a descansar a su habitación y Pain se relajaba en su oficina, pensando en otras cosas, pero a veces sin querer pensaba en su "Líder", a veces sin querer, ya sin mucho cuidado pensaba en él, tanto en privado como en público, a veces Konan le preguntaba que pasaba en su cabeza... Y claro que no se atrevía a contestarle, solo decía que nada y seguía con lo que hacía.

- Obito... - Susurro su nombre, no se había aparecido, ni para fastidiar como Tobi, o decirle algo como Madara... ¿Qué estaría haciendo?

La noche se aproximaba... Y seguía despierto, algo ansioso de saber dónde rayos estaba el, sabía que no estaba con otro de la organización, seguramente con Zetsu, pero no creía que fuera algo parecido como lo que pensó de Kisame, pero era demasiado tiempo ¿No? Estaba cansado, asi que decidió mejor levantarse para ir a su propio cuarto, su cuerpo debía descansar a como diera lugar. No llegó muy lejos, pues al abrir la puerta de su despacho apareció nada más y nada menos que el enmascarado, al principio se sorprendió y de la nada su energía, que parecía se había agotado, volvió a su cuerpo. Sonrió un poco y siguió caminando a su cuarto.