Las especulaciones dicen que la rivalidad entre Yoongi y Hoseok se debe a que a Yoongi le atrae la novia de Hoseok. Pero en realidad, a Yoongi no le interesa en absoluto tener nada con ella, sino con Hoseok.
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Después de que Hoseok sugiriera entrar al cine a ver una película de policías y ladrones, volvieron más tarde al departamento, ya que la lluvia había comenzado.
Yoongi entró al baño para refrescar su boca y su rostro, y mirándose en el espejo del lavamanos, podía ver la felicidad en su cara porque definitivamente había sido la mejor mañana de toda su vida. Y además Hoseok no se había mostrado ansioso por querer huir; habían pasado un muy feliz momento juntos.
Se tomó un momento para enviarle un mensaje a sus amigos, explicándoles que ya se sentía mejor pero que seguiría descansando. Porque no podía arriesgarse a que Jimin y Namy fueran a visitarlo.
Al salir, lo encontró sentado en el sofá, en tanto escribía en su celular. Quizás enviaba mensajes por su ausencia; quizás estaba conversando con su novia, pero continuó sin querer indagar.
Así que, tomando la bolsa de compras que había dejado sobre la mesa del comedor, volvió a su lado mientras buscaba el labial.
Se sentó junto a él y se lo entregó.
—¿Podrías aplicarlo en mí? No creo ser bueno en esto.
Hoseok dejó el celular en la mesita de centro y de inmediato le puso atención.
—Yo tampoco tengo experiencia en esto, Yoon. ¿No importa si lo hago mal?
—Prefiero que lo hagas mal tú, a que te burles de mi torpeza.
El contrario rió y abriendo la envoltura transparente, sacó la punta del labial y lo acercó a sus labios.
—Bien, di E...
El pelinegro obedeció, y se quedó quieto cuando con una mano Hoseok sujetó su nuca y con la otra deslizaba el labial sobre su labio inferior.
Podía sentir la textura cremosa resbalarse en la delicada piel de su boca, en tanto observaba de cerca su mirada.
Hoseok estaba concentrado en lo que hacía, tratando de no salirse del borde, pasó los últimos detalles y luego movió la cabeza de arriba hacia abajo para sí mismo.
—Sí, tal como lo imaginé, te queda perfecto... —comentó, colocando la tapa del labial.
Yoongi sacó el celular de su bolsillo, y con la cámara frontal, revisó.
El rojo de sus labios y el negro de su cabello, hacían resaltar su piel blanca, y sin querer, sonrió con timidez.
—Te quedó muy bien, Jung.
—No, es que eres muy lindo, te lo dije. Te queda perfecto, mi Blancanieves. Pero ahora hay un problema...
Dejando el celular en la mesita junto al otro, Yoongi se preocupó enseguida por sus últimas palabras.
