Las especulaciones dicen que la rivalidad entre Yoongi y Hoseok se debe a que a Yoongi le atrae la novia de Hoseok. Pero en realidad, a Yoongi no le interesa en absoluto tener nada con ella, sino con Hoseok.
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Apagando el fuego de la estufa, Namy sirvió la infusión de tila sobre la taza, y colocándola sobre un plato extendido, se dirigió a la habitación donde su amigo descansaba.
Aunque Yoongi había luchado por tranquilizarse y dejar de llorar para ocultar su dolor frente a sus amigos, no había logrado conseguirlo.
Porque realmente tenía la necesidad y la intención de contarles a cerca de todo lo que había acontecido entre él y Hoseok pero, al ver la cara tan enfurecida de Jimin, prefirió callar.
—Ven, Yoonnie, siéntate para que bebas un poco —pidió la chica sosteniendo la bebida humeante a un lado de la cama.
Jimin se encontraba sentado al borde de la cama también a su lado mientras esporádicamente negaba con la cabeza.
Yoongi se sentó sobre el colchón y tomó la taza, sorbió la nariz e intentó mirar a su amiga con sus ojos inflamados por el llanto.
—Nam, te agradezco mucho tu preocupación por mí, pero regresa al entrenamiento... No quiero que por mi culpa te sancionen... Eres la capitana.
Namy mostró su tierna sonrisa y agitando suavemente la coleta atada con un listón blanco, negó.
—Todo está bien, amigo, no te preocupes. Le pedí a una de las chicas del equipo que me cubriera. Ella sabe qué hacer, ahora es más importante estar contigo.
—Pero ahora dinos que fue lo que pasó por favor, Yoongi. ¿Qué te hizo Hoseok? Te prometo que no le haré nada... —pidió Jimin más tranquilo pero todavía con el gesto enfurecido.
El pelinegro bebió un sorbo, pensando en algo falso pero creíble.
—Vi a Hoseok besar a Jinnie y me dolió... —musitó, aunque esa información no era nada falsa—. Ya saben, chicos... Soy tan patético que me duele verlos juntos...
Bajando los labios en un gesto de tristeza, Namy se hincó a su lado y palmeó sus rodillas, mientras que su otro amigo frotaba con su dedo índice y medio su frente, intentando resignarse al enamoramiento no correspondido de su amigo.
—Si esto se está saliendo de control, ¿no crees que es buena idea pedir ayuda profesional, Yoongi?
Luego de otro trago a la infusión, dejó la taza sobre la mesita de noche en tanto su tristeza se pausaba abruptamente.
Cruzó los brazos a la altura alta de su estómago y suspiró.
—No es la primera vez que lloró por una situación así, y sé que tampoco será la última, Jimin... Me siento de la mierda porque los estoy arrastrando en esto, pero solo les pido que me dejen vivir mi amor por él...
—El amor no te hace llorar...
—Lo sé —respondió con la voz entrecortada en cada palabra, pero reprimió su llanto—. Pero no olviden que este amor es unilateral —rió lleno de tristeza, pero logrando tranquilizarse—. Así que este amor por él es especial... Lo amo, y duele amarlo, pero Hoseok no es culpable de nada.
