Las especulaciones dicen que la rivalidad entre Yoongi y Hoseok se debe a que a Yoongi le atrae la novia de Hoseok. Pero en realidad, a Yoongi no le interesa en absoluto tener nada con ella, sino con Hoseok.
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En una de las mesas del extenso jardín de la universidad, mientras comían el almuerzo, varios compañeros seguían contando la historia que ya había pasado a boca de muchos de lo sucedido en el baño y como Hoseok había defendido a su novia.
—Dicen que cuando entraron, Jung tenía su pie sobre la cabeza de Min, ¡en el suelo! Mientras le gritaba que se alejara de su chica —narraba uno de ellos con mímica incluida de los supuestos hechos.
—También escuché, que pateó su estómago, y Yoongi intentó defenderse — agregó otro de ellos, con la boca llena.
—Pues a mí me parece muy bien que Hoseok ponga a su lugar a cualquiera. Pero también debe ser muy difícil estar con una chica como ella... es tan hermosa.
—Y mírenlo, ha estado como un perro regañado desde que Hoseok lo puso en su lugar —señaló sin disimulo a otra de las mesas donde Yoongi se encontraba con su mejor amigo.
Y como el juego del teléfono descompuesto, cada uno aumentaba o quitaba partes de la historia, haciéndola mucho más interesante y alardeando de como Hoseok había tenido el valor de enfrentar al pálido; y todo por Jinnie.
Yoongi notó enseguida que hablaban de él, como había estado sucediendo en esos cinco días desde lo acontecido.
Y por supuesto, ni siquiera se inmutó en corregir la información. Simplemente dejó que hablaran lo que quisieran, ya que seguía muy dolido por haber discutido con Hoseok de esa manera, y no tenía ánimos para hacerlo.
Suspiró pesado, devolviendo su atención al tazón de fideos instantáneos frente a él.
Jimin también suspiró furioso, al darse cuenta de como señalaban a su amigo.
—Deberías partirles la cara, y sobre todo a Hoseok por ser un imbécil —comentó, rodando los ojos.
—No me interesa buscar más problemas, déjalos...
—¿Y sobre Hoseok? No porque estés enamorado, puedes permitir que se comporte de esa manera.
Con un gesto triste, Yoongi reprimió sus ganas de llorar.
—Te dije que no lo digas en voz alta y mucho menos aquí...
—No te preocupes, están tan ocupados echándote toda esa mierda... nadie pondría atención a tu amor por él.
—Pues que se jodan, ahora mismo no me importa nada...
Su amigo se levantó de la banca de cemento y ofreció su mano invitándolo a levantarse también.
—Vamos, ven conmigo. Debo recoger a Nam, le llevaré su bolso.
—Ve, yo me quedo aquí.
—Estás demente, no voy dejarte con estos imbéciles. Además, llevas más de media hora sentado aquí y no probaste ni un solo bocado.
