Las especulaciones dicen que la rivalidad entre Yoongi y Hoseok se debe a que a Yoongi le atrae la novia de Hoseok. Pero en realidad, a Yoongi no le interesa en absoluto tener nada con ella, sino con Hoseok.
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Los dos se habían marchado en el auto de Hoseok ya que por la mañana Namy lo había llevado a la universidad en su auto, y para Hoseok había sido mucho más cómodo que fueran juntos.
Condujo en dirección al departamento del pelinegro luego de que este se lo propusiera.
—Antes de comenzar con lo más importante, dime qué pasó con el entrenador, ¿qué te dijo? ¿Por qué tenías esa cara triste? —preguntó, sujetando el volante y sin perder la vista del camino.
Nervioso, Yoongi jugó con las correas de su mochila reposando en su regazo; por un momento pensó que no quería decirle la verdad, porque no quería hacerlo sentir culpable, aunque básicamente tuviera toda la culpa.
Pero todo había sido a causa de una tontería, de un malentendido que ya estaba resuelto o eso pensaba.
Sin embargo, sabía que tenía qué ser honesto en todo momento, porque las mentiras eran malas y llevaban a caer en desastrosos problemas.
—Bueno... es que... me dijo que no podía participar en las competencias porque estoy repitiendo una materia —explicó en tono suave, evitando mirarlo.
Y rápidamente Hoseok recordó el incidente con el libro y su infantil lección para alejarlo de Jinnie.
—Es por mi culpa, ¿cierto?
—No no, Jung —se apresuró a decir—, esto no es tu culpa. Solo son cosas del pasado. Ya no importa, al menos pude ayudar a que ganaran la competencia de hoy.
—Yoongi, no. Es totalmente mi culpa, creo que solo he traído mucha desgracia a tu vida, no he hecho más que lastimarte —expresó con honestidad y sin intenciones de hacerse la víctima con él.
Estacionó el vehículo en un lugar vacío mientras que Yoongi lo convencía de que no era así.
—Todo fue un proceso, Hoseok. Lo que más nos cuesta conseguir, es lo que más vale la pena, ¿no crees? No sé puede tener todo, y ahora mismo estoy aquí contigo, eso me hace sentir mucho mejor.
Apagando el auto, desabrochó su cinturón de seguridad y tomó una de las manos del contrario, mirándolo con los ojos brillantes a causa de las lágrimas que comenzaban a acumularse.
—Yoongi, te amo, pero era muchísimo más importante para ti, el basquetbol que yo. Te has esforzado todo este tiempo en los entrenamientos, y yo te quité lo que más querías.
El pelinegro sonrió sonrojado, en tanto acunaba la mano entre la suya.
—¿Me amas?
Con una risita tímida, Hoseok asintió.
—Sí, Yoongi, te amo. Pero esto es más importante y...
—Ya no me importa nada si ahora tengo tu amor, Hoseok. Tu compañía me está haciendo sentir muchísimo mejor, ya no siento tanta decepción por perder mi lugar en el equipo, lo juro.
